martes, 27 de abril de 2010

¿quinta ola de los derechos?

Fernando Rocabado Quevedo
frocaq@yahoo.com.br
http://promociondelasaludyotrasmixturas.blogspot.com/

Acaba de terminar, en Cochabamba, Bolivia, la Conferencia Mundial de los Pueblos Indígenas sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, que se celebró en Tiquipaya entre el 19 y 22 de abril, como respuesta y a consecuencia del fracaso de la Cumbre de Copenhague sobre el medio ambiente, realizada el año pasado. El fracaso se debió a las posiciones interesadas de los países más poderosos. EEUU es la cabeza visible de las posiciones elusivas y sin compromiso real y efectivo. Su posición la viene arrastrando desde Kyoto, donde se negó a firmar su documento programático, de carácter vinculante. En Copenhague le siguió los pasos Rusia y, también, países grandes y emergentes como China, Brasil, India y los así llamados tigres asiáticos, que se inclinan por la gradualidad de largo plazo en sus políticas ambientalistas.

Bolivia se atrevió, por primera vez en su historia, a convocar a la mencionada Conferencia Mundial, con el apoyo de sus países aliados en el continente. Desde antes de la cumbre, durante ella y en el documento resolutivo, uno de los temas centrales fue la discusión relacionada con los Derechos de la Naturaleza. El planteamiento no solo es novedoso, sino que responde a una posición ideológica estructurada, que podría producir cambios en la forma de valorar el ambiente y, por sus efectos, en el Enfoque de Derechos, tan pregonado por el Sistema de las Naciones Unidas.

En efecto, los Derechos de la Naturaleza tienen una profunda base ecologista, que pretende ser fruto de una cultura ambientalista (con raigambre telúrica e indigenista) y de una visión ética, que llama a rescatar valores diferentes a los de la rentabilidad, la especulación y la sobre-explotación del medio ambiente, tan propios del capitalismo. Los Derechos de la Naturaleza son los Derechos de la Madre Tierra (Pachamama) que es una entidad viva, que debiera vivir en consuno y armonía con sus hijos, los seres vivos, entre los cuales se encuentra el género humano. La Humanidad sería el momento de conciencia e inteligencia de la propia Tierra.

Es un tema complejo que trae aparejadas cosmovisiones diferentes a las dominantes o las más conocidas, incluyendo la marxista, aunque tenga una fuerte base materialista. Aceptar el enfoque de los Derechos de la Naturaleza significa aceptar que ella es un sujeto de derechos, mismos que se consustancializan con los derechos de sus hijos, los humanos, quienes tienen su propio código de derechos, inalienables y exigibles desde 1948, cuando se aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los cuales, además, son universales, indivisibles e interdependientes.

La Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra ha emitido un documento denominado el "Acuerdo de los pueblos" en el cual se propone un proyecto de Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra que consignarían minimamente los siguientes derechos:

* Derecho a la vida y a existir;
* Derecho a ser respetada;
* Derecho a la continuación de sus ciclos y procesos vitales libre de alteraciones humanas;
* Derecho a mantener su identidad e integridad como seres diferenciados, auto-regulados e interrelacionados;
* Derecho al agua como fuente de vida;
* Derecho al aire limpio;
* Derecho a la salud integral;
* Derecho a estar libre de la contaminación y polución, de desechos tóxicos y radioactivos;
* Derecho a no ser alterada genéticamente y modificada en su estructura amenazando su integridad o funcionamiento vital y saludable.
* Derecho a una restauración plena y pronta por las violaciones a los derechos reconocidos en esta Declaración causados por las actividades humanas...

Como se ve, es un tema complejo donde no será fácil encontrar consensos. De entrada los grupos religiosos más ultristas y conservadores ya han expresado su malestar porque dicen que los derechos únicamente corresponden a los hombres por su calidad de seres superiores, objeto de la Creación Divina. Cuestionan no solamente el concepto de los Derechos de la Naturaleza, sino el propio concepto de Madre Tierra, por encerrar una connotación religiosa de carácter telúrico-ambiental, incompatible con la fe cristiana.

Para los participantes en la Conferencia el reconocimiento de la Madre Tierra como un ser vivo y fuente de vida, con la que tenemos una relación indivisible, interdependiente, complementaria y espiritual, puede llevarnos a ese estado del "Vivir Bien", que es armonía y equilibrio entre todos y con todo.

El desafío está lanzado y, si después de la confrontación de cosmovisiones y posiciones tan disímiles, el postulado de los Derechos de la Naturaleza sale fortalecido, estaremos entrando en la quinta ola de los Derechos. Ayer se pelearon los derechos civiles y políticos, hoy se pelean los derechos sociales y culturales y, mañana, podrían pelearse los Derechos de la Naturaleza. En ese caso, las Naciones Unidas, que fueron fuertemente vapuleadas en la Conferencia, tendrían que sumar a su Enfoque de Derechos esta nueva artillería de derechos, no propiamente humanos.

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