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(La republica, como manifestación del interés colectivo - la cosa pública -, seguirá siendo la base conceptual sobre la cual se pueda construir una sociedad democrática, con equidad y desarrollo)
Coincidiendo con el preámbulo de la nueva constitución política del estado (NCPE) probada el 25 de enero pasado, que señala en su párrafo 4to "...dejamos en el pasado el Estado colonial, republicano y neoliberal...", el gobierno mediante decreto supremo, ha eliminar el apelativo de República de Bolivia, que era con el que se denominaba la organización social boliviana, para sumir el de estado plurinacional. Como verán, no hay cosa, que no la tengan pensada.
Esta actitud - sumada a todo lo que ya han hecho - no es sino, una muestra de su amino "mesiánico" de comenzar todo de nuevo, de iniciar una nueva historia, de fundar "el alba". Para ellos, nada es suficiente, todo debe cambiarse, hasta el nombre. De esas "voluntades" refundadoras, esta llena la historia de la humanidad. Una en particular resulta interesante que la recordemos. Se trata del cambio de calendario que introdujo Robespierre en Francia, suprimiendo - mediante ley - el calendario gregoriano (que utilizamos) para dar paso al calendario revolucionario, que incluía semanas de 10 días. La aventura duró, lo que duro su propia vida, porque - como sabemos - él también acabó en el cadalso que había impuesto para deshacerse de sus adversarios, la guillotina.
Pero volviendo al tema que nos ocupa, el cambio de nombre de Republica de Bolivia a Estado Plurinacional, no se trata de algo meramente formal, como puede creer cualquier ciudadano desinformado. En estricto sentido, cuando hablamos de republica, nos estamos refiriendo a la constitución social que se funda en los principios democráticos de igualdad y justicia, en las que el sujeto central es el individuo, la persona y en la que la participación igualitaria de todos, se entiende como un voto un ciudadano Por el contrario, el estado plurinacional, sólo menciona las partes del colectivo, remarcando que la nación es el sujeto central y no el individuo. Situación, que en el caso nuestro, tal como señala el artículo 30 de la NCPE, sólo es aplicable a aquellos colectivos cuya existencia sea anterior a la invasión colonial española. De esa manera, el estado plurinacional se entiende que esta conformado por las 36 naciones señaladas en el artículo 5to de la NCPE, quedando en un verdadero limbo, todas las personas que no tengan una adscripción nacional. Que paradoja, el nuevo estado plurinacional, cuyo principal propósito - según ellos - es garantizar la convivencia pacifica e intercultural de todos, desconoce de un plumazo (mediante ley) la existencia de mas de 50% de la población boliviana.
Pero bueno, no vamos a decir que no sabíamos lo que querían hacer. Los "inteligentes" hombres del gobierno - como era de esperar - no podían continuar disimulando sus intenciones y en algún momento tenían que hacerlas explicitas. Por eso lo del estado comunitario (que no es otra cosa que una forma disimulada del estado socialista); por eso, el estado comunitario está conformado por naciones (soviets debería leerse en sus términos); por eso, lo de la implementación de una economía estatista y endógena que hace los mayores esfuerzos por distanciarse de los circuitos económicos mundiales; por eso, lo de la incorporación de símbolos, rituales y un conjunto de elementos mágico - ancestrales étnoculturales (nueva bandera, nuevo "año nuevo", nuevo nombre, etc.). Todo, para enrumbar a la sociedad boliviana, a una especie de viaje al pasado, en la búsqueda del escenario en el que - suponen - es posible "vivir bien". El Decreto Supremo Nº 048, promulgado por el presidente, es la partida de ese itinerario
Como están las cosas, deberíamos preguntarnos entonces: ¿Cómo es que se ha llegado a esta situación? Y no hay duda que es el resultado de una mezcla del retrazo estructural en el que nos hemos acostumbrado a vivir; la chatura de la intelectualidad boliviana que no fue capaz de diseñar un camino para salir de ella y; (este es el factor accidental) un conjunto de personajes intrépidos y temerarios, autodenominados "revolucionarios", dedicados a la lectura de libros que hace mucho tiempo ya, serian más útiles en una hoguera; muchos de ellos con una personalidad psicopática digna de estudio, con un buen perfil de originarios, que no parece haber duda que son elegidos de los dioses, entrenados en combinar eficientemente la revolución, la coca y su derivados, apoyados por un nutrido grupo de seguidores (su corte) que tiene muy buena experiencia en timarle al estado; con la disponibilidad de petrodólares que les permite comprar la conciencia de cualquiera y, la supervisión de su comandante, que nadie sabe a ciencia cierta, si aun está vivo o es parte de la propaganda.
Esa es la situación. Pobreza, desigualdad, baja producción y productividad, así como la falta de ideas de las élites intelectuales para sacarnos de ellas, requieren repuestas concretas y son parte de los problemas estructurales que demos resolver. De ello depende el futuro de esta sociedad. En cuanto al nutrido grupo de revolucionarios étnico marxistas, que hoy aprovechando de la coyuntura hacen y deshacen de este país, hay que decirles que podrán quedarse algunos años en el poder, pero no hay duda que para la historia, serán una anécdota.
La republica, como manifestación del interés colectivo - la cosa pública -, seguirá siendo la base conceptual sobre la cual se pueda construir una sociedad democrática, con equidad y desarrollo. Por ahora caminamos en sentido contrario, de la Republica al estado ficción (solo es temporal).
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