viernes, 5 de junio de 2009

Empresa publica empresa privada

Alberto Bonadona Cossío
abonadona2001@yahoo.es

La General Motors, una de las fábricas de automóviles símbolo de la industria estadounidense, cayó en manos del Estado más por razones de necesidad pública de mantener empleos y evitar mayores repercusiones financieras y económicas por semejante quiebra que inspiraciones ideológicas que dictan una mayor participación estatal en el manejo de la economía. The Economist se refiere al tema con la frase: "El colapso de la General Motors en bancarrota es simplemente el último de los capítulos de una larga historia de negligencia y caducidad". Si no se supiera que se está hablando de una empresa privada norteamericana se podría deducir, desde una perspectiva boliviana, que se habla de una empresa estatal nacionalizada del pasado, presente o del próximo futuro.

La parte estatal es ahora de casi tres cuartas partes de la propiedad. El Gobierno Federal de los Estados Unidos se hace cargo del 61% de las acciones de GM con una compra por 50 mil millones de dólares y el gobierno canadiense compra el 12% de la propiedad con cerca de 10 mil millones. Un otro ente colectivo, el Sindicato de Trabajadores en Automóviles, obtiene el 17% de las acciones. No obstante, el gobierno estadounidencie asume estás obligaciones con reticencia y apunta que no sólo que no se hará cargo de la gerencia sino que espera que en 18 meses colocará en bolsa su actual participarcón accionaria. Si de algo sirve la experiencia latinoamericana, se puede afirmar, con alto grado de certeza, que estos 18 meses son la expresión de los novatos en las lides de las nacionalizaciones.

No hay nada en la esencia de las modernas corporaciones privadas que las hagan, por propia naturaleza, más eficientes o menos negligentes que las corpopracionmes públicas. Al igual que las deudas de YPFB superan los 7.000 millones de Bolivianos frente a 4.500 millones de utilidades, la GM posee 82 mil millones de dólares en activos opuestos a 172 mil millones de dólares de deuda. Otro ejemplo, en Bolivia se espera que las empresas públicas hagan todo por sus empleados lo mismo que la GM proveyó servicios a sus trabajadores. The Economist indica "Ninguno de sus competidores ha tenido que asumir un costo por trabajador tan pesado como cualquier otro: hasta que se firmó el acuerdo en 2007 con el sindicato, cada vehículo en Detroit incluía cerca de 1.400 dólares por costos adicionales para jubilación y salud..." que, por supuesto, la competencia extranjera en los Estados unidos no la tenía.

La salida de la actual crisis internacional pasa por una renovación de las matrices productivas, la eliminación de las caducas formas de producción que trae consigo la destrucción de gran parte de la producción acumulada y exige la renovación de un aparato financiero que se llenó de papeles (más conocidos como activos tóxicos) que carecen de respaldo atado a la producción. No es la propiedad pública o privada de las grandes corporaciones la que determina el funcionamiento más o menos eficiente de la econmía de un país. Las modernas sociedades anónimas se parecen en todo a las grandes empresas públicas y dependen de la concepción gerencial y de servicio público que asuman para convertirse en verdaderos puntales del desarrollo social. Esto es real para la China, los Estados Unidos o Bolivia.

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