jueves, 11 de junio de 2009

Ministros embaucadores, economía al garete

Alberto Bonadona Cossío
abonadona2001@yahoo.es

El Ministro de Planeamiento del Desarrollo, Noel Aguirre, ha señalado que la caída de las exportaciones no es de mayor preocupación porque el comercio exterior será compensado con el crecimiento del mercado interno. Eso no se hace cómodamente desde del escritorio de un ministro y muchísimo menos sin crear las bases materiales sólidas de una economía que al aumentar la producción interna facilita la división del mercado, amplía el número de consumidores con ingresos que les permite ser tales. En el gesto histriónico que se encuentra en estas poses para el consumo masivo, el ministro parece logrará dicha epopeya en esta gestión o, tal vez, en todas las gestiones presidenciales masistas que puedan venir o, espera milagros del Dios cristiano, de Mahoma o de la Pachamama. En la época de la globalización coloca al mercado externo en segundo lugar, lo que no es culpa levis sino un pecado mortal que llevará a las puertas del infierno no a Noel sino a la Economía.

Posiblemente el que empujará al mismísimo infierno a la tan dañada economía nacional será el economista Ministro Luis Arce. Afirma que la caída de 1.500 millones de dólares en las exportaciones en lo que va del año no es mayor problema porque es resultado de la caída de los precios y revela la buena noticia de que el quantum, o sea el producto como tal, no ha declinado y está en aumento. Las apreciaciones teóricas de insondables conocimientos de la ciencia truculenta de este ministro lo empujan a sugerir que aquí las leyes del mercado no se aplican porque cuando los precios caen la oferta aumenta. De un solo plumazo le ha dado la vuelta a las mismas bases de la teoría burguesa económica. ¿Será inspiración de la economía comunitaria o de la Madre Tierra? Porque en agricultura sí se sabe cómo funciona la agricultura de los países pobres, como estudiaron los economistas Ester Boserup e Hla Mynt para las economías pobres del Asia en los años 70, las cuales frente a las bajas de precios del arroz compensan con mayor intensidad en la producción. ¿Se presenta recién este fenómeno en la minería o es que siempre estuvo presente en Bolivia contrario a la racionalidad económica cuyo dictum es que la caída de los precios exige una caída en el quantum producido? Si este fuese el caso se requiere una seria investigación porque tales condiciones de trabajo suponen un aumento de la producción que se paga con sangre, sudor y lágrimas de los productores. Lo que no es buena noticia porque se trata de blood and flesh de seres humanos que se desgastan para compensar la caída de sus medios de vida debido a la drástica disminución de sus ingresos.

Los ministros se quejan, al igual que hace el Presidente, porque los medios desinforman. No se sí las autoridades lo hacen fruto de su profundo conocimiento en las materias de sus carteras, o porque genuinamente creen lo que afirman tan sueltos de cuerpo o porque mienten descaradamente a la población. Lo que queda, a mis ojos de observador y comentador es que desinforman igual o peor que los medios que son fruto de sus ataques cada vez más furibundos. Las distorsiones que se han vuelto el pan de cada día de los ministros no son caminos de buenas intensiones que igual llevan al infierno, son malas intenciones que allí conducen inexorablemente.

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