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El Premio Nobel de Economía del año 2008 escribió en 1999 un libro titulado: The return of Depression Economics, cuyo contenido analiza por qué se produjeron varias crisis económicas durante el siglo XX, en particular las varias crisis latinoamericanas y la crisis asiática del año 1997. Este año ha vuelto a lanzar ese mismo libro con el aditamento and the Crisis of 2008. Por tanto, se trata de una segunda edición del libro con algunas adiciones que narran lo ocurrido en los primeros años de este siglo.
Paul Krugman, -que es un destacado economista de la corriente keynesiana- cree que la recesión y la depresión económica son consecuencias de una insuficiencia de la demanda agregada, por lo que se requiere aplicar políticas monetarias y fiscales expansivas cuando se detectan señales recesivas. De esta manera, cree que con sólo dinamizar la demanda, se puede eliminar el desagradable proceso de la recesión económica.
La dinamización de la demanda se la puede lograr por dos caminos: el clásico, que es bajar la tasa de interés, incluso a cero, para fomentar el gasto privado. Si esto no ocurre, entonces, debe hacer su presencia el gasto fiscal para hacer inversiones necesarias, o no. Puede ser que estas políticas generen un proceso inflacionario que Krugman lo considera adecuado si de esta manera se logra volver y mantener el pleno empleo de los recursos que dispone cualquier economía. Pero como la inflación influye también a otros precios particulares, como es el caso del tipo de cambio, es decir, la relación de poder de compra de una moneda en otra, sería también aceptable que los tipos de cambio puedan depreciarse o devaluarse. En síntesis, su planteamiento central es que las economías deberían acostumbrarse a vivir en inflación y con movimientos en los tipos de cambio.
Esta visión, en los años 80 en adelante, perdió vigencia en el mundo de los economistas. Mayoritariamente concluyeron que la inflación es un fenómeno indeseado porque distorsiona todo el mecanismo de precios que es fundamental en una economía de mercado. Además, se llegó a la conclusión que muy poco podían hacer los gobiernos con relación al tipo de cambio, ya que el que interesa no es el tipo de cambio nominal sino el "tipo de cambio real", sobre el cual las autoridades monetarias de los países muy poco pueden hacer para determinar la ruta de su comportamiento, porque esto depende de los "fundamentos".
Los economistas de la línea de Krugman, cuando se refieren a Milton Friedman, es para recordar que él sostuvo que la Gran Depresión económica de los años 30 del siglo XX se debió a que la Reserva Federal de EEUU no entregó el dinero suficiente que los bancos requerían para enfrentar exitosamente el pánico bancario y que se veía venir. Al no hacerlo, una recesión cualquiera se tornó en la más grave depresión económica que tiene registrada la historia económica. Pero, los mismos, no recuerdan que el planteamiento fundamental de Friedman es que hay que impedir el ciclo económico, vale decir, el auge económico, para lo que se debe efectuar un riguroso control de la "cantidad de dinero" y no de la tasa de interés.
La sensación que tengo, luego de haber leído varios trabajos de Krugman, es que su formación en el campo monetario no es muy sólida. Y deduzco esto, en particular, por una referencia que hace sobre el "multiplicador monetario", tanto en su libro escrito en 1999 como en el más reciente. El multiplicador monetario es el proceso mediante el cual se produce la creación de dinero por parte de la banca, y sobre él hay varios enfoques y teorías. De manera simplona, él dice esto: "se enseña en un curso básico de economía". En un curso básico se verá la introducción al tema, ya que es uno de los problemas más complejos en el campo de la economía monetaria.
Quienes han dedicado su vida al estudio de los problemas monetarios conocen las grandes dificultades que se encuentran al momento de definir lo que es "dinero" para poder diferenciar de lo que son los activos financieros, y que se supone no son dinero. Desde los Ensayos críticos sobre Teoría Monetaria de J.R. Hicks, (1957) hasta la variedad de agregados monetarios con que opera, hoy, todo banco central, el desenlace es claro: no hay precisión sobre el tema. Sin embargo, se podría concluir diciendo que dinero siempre es deuda, pasivo de alguien. Si recordamos la forma básica de dinero, que son los billetes que emite un banco central como un pasivo y que se constituye en un activo de sus tenedores, se puede afirmar que "toda deuda" es dinero. Y el problema está en saber cómo se la puede conocer y medir. Por tanto, al momento de plantearse el reto del control riguroso de la cantidad de dinero, en esencia, se está diciendo que el problema está en el control del total de deuda de una economía. Si nos referimos, en términos del mundo, el problema está en saber cómo efectivamente se puede controlar la deuda mundial. De lo contrario, continuará la inflación de los precios de los activos financieros porque existe mucho dinero en el mundo ávido de crear "riqueza artificial", como son los activos financieros no respaldados en el aumento real de la riqueza. Y cada vez que se desinfle la riqueza financiera vendrá la recesión hasta que llegue la depresión.
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