viernes, 11 de diciembre de 2009

La Eco y el Evo

Alberto Bonadona
abonadona2001@yahoo.es

La aplastante votación que obtuvo Evo Morales muestra que la economía ejerció gran influencia en un considerable número de ciudadanos bolivianos que votaron por él. Oyeron acerca del crecimiento del PIB de 6,15% en 2008, tuvieron que tratar de imaginarse lo que significa el monto de las Reservas Internacionales Netas que superan los $US. 8.500 millones, tal vez experimentaron en bolsillo propio el ascenso del ingreso per cápita desde $US. 1.010 el año 2005 hasta los $US. 1.857 que llegará este año y, muchos de ellos, han tenido que disfrutar de los bonos que repartió el gobierno.

Estos y otros indicadores muestran la salud de la economía boliviana. Sin embargo, para encarar con realismo el futuro inmediato le haría mucho bien al gobierno tomar estas cifras, por cierto verdaderas, no como mérito de la gestión económica del gobierno de Evo Morales. Son fruto de una coyuntura internacional de elevados precios de materias primas muy favorables para Bolivia, un crecimiento del volumen de gas exportado a Brasil resultado de una infraestructura que se realizó en gestiones anteriores y de una particular situación aislacionista de la economía boliviana, no necesariamente una virtud, que la mantiene casi al margen de las finanzas internacionales.

Los grandes volúmenes de exportación que se sostienen con Brasil, no obstante, han decrecido resultado de la crisis internacional que impactó directamente a la vecina economía y, a partir de esta circunstancia, Bolivia se ve afectada de soslayo por la crisis. La más clara muestra de ello es que la tasa de crecimiento del PIB, este año, estará por debajo de la mitad que alcanzó el año 2008. Caída que se verá agravada porque los precios de las materias primas no son los mismos que el año pasado. Lo que quiere decir que también hubo un golpe directo de la crisis sobre la economía boliviana. Aunque algunos precios se han recuperado no están por encima de lo que en la época de auge experimentó Bolivia. Este tipo de análisis no lo hace el ciudadano promedio que voto por Evo, como tampoco lo hizo el FMI que tan sólo vio las cifras referidas y ponderó el manejo de la economía boliviana.

Un análisis que el gabinete económico debe hacer para no engolosinarse de un resultado ajeno a su gestión. Especialmente frente a los ingresos por las ventas de gas al Brasil que de cerca de $US. 3.000 millones, alcanzados en 2008, caerán a aproximadamente $US. 2.000 millones este año. El precio del nuevo contrato con Brasil bordeará $US. 2 por millón de metros cúbicos después de haber superado por tres veces ese precio en 2008. Las importaciones de gasolina llegaron, en lo que va de 2009, a $US 530 millones y habrá que cerciorarse no se dupliquen en 2010 como ya se proyecta, aunque el gobierno dice que se reducirán drásticamente sin decir el cómo. De aquí que ponderar las reales posibilidades y los senderos que seguirá el gobierno para aumentar la producción y el empleo deben ser estudiados desde el punto de vista de lo que ha hecho y lo que hará alejado, se espera, de la continua campaña política en la que sigue empeñado.

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