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Evidentemente siempre se ha dicho que el campesino y productor rural ha subvencionado el bienestar urbano, ya que los precios de los productos agrícolas serían "extremadamante" bajos.
Al parecer los análisis en esta materia son muy débiles o la información insuficientemente procesada o como dice la misma FAO y nuestro Min. del sector no disponible, al menos no disponible oportunamente, porque cuando está disponible, ya está trasnochada.
En un estudio que hice de la composición del precio de los principales productos de exportación, entre ellos del azucar, arroz, maiz y soya en sus diferentes formas, los resultados me sorprendieron y luego sorprendieron a los que les expuse dicha información. El costo del transporte resultaba ser entre el 60 y 70 % del precio CIF puerto de Arica o puerto Rosario.
Desde esa ocasión siempre digo que se tiene que tener cuidado al afirmar que el intermediario se lleva la parte del león, porque no sabemos cuánto esta arriesgando en cada operación.
Últimamente he estudiado la composición del precio de algunas frutas desde el valle de Licoma hasta los principales mercados de La Paz. Por ejemplo la chirimoya cuesta en plena temporada hasta Bs. 1 en los lugares de producción (borde del camino, no en huerta) y llega a costar en La Paz Bs. 10 y algunos ejemplares Bs. 15.
Pero esa variación no es viveza del intemediario, sino un conjunto de factores y variables de riesgo. Sabían por ejemplo, que alrededor del 20% representa la merma inicial por efecto del pésimo transporte existente y que por las características del producto la merma diaria es del 10% y que para vender el producto en condiciones aceptables de punto de maduración, las intermediarias tienen que realizar procesos de maduración artesanal no exentos de complicaciones y riesgos?
Por supuesto que el precio final tiene que absorver las pérdidas por merma y tiene que cubrir los riesgos financieros y pagar los esfuerzos y trabajo de las caseritas.
En el mundo empresarial y en la sociedad de consumo, todos saben que el esfuerzo de ventas, resulta ser crucial para la sobrevivencia de las empresas manufactureras. Que el empleo sustituido por la robótica se ha trasladado a las unidades de venta y que las comisiones de ventas se distribuyen entre el 30 y 40 % del precio final y que los detallistas tienen siempre una mayor participación y todos están de acuerdo en que así sea.
Lo que ocurre en el país, es que el agricultor pobre del altiplano y los valles, debe su condición a las dificultades que le presenta la naturaleza por un lado y por otro a sus limitaciones tecnológicas, ya que no es extraño saber que cuando los pocos que ingresan a sistemas mecanizados de producción con el uso de tractores, mejoran su producción e ingresos. Pero para ello tendríamos que eliminar la producción individualista a la que nos ha conducido la reforma agraria que los ha convertido en ultra mini-capitalistas, dueños de "su" medio de producción, capital que generación tras generación se vuelve más y más minifundiario.
El desarrollo rural, importará cada vez más al habitante mayoritario de las ciudades. Bolivia ya es más urbana que rural y el próximo censo nos planteará desafios complejos de producción alimentaria en un escenario de escasez de agua y cambio climático.
Además, el desarrollo humano rural tendrá que escribirse y resolverse como desarrrollo urbano en los municipios, más que como desarrollo rural. Ya que objetivamente es más facil dotar de servicios básicos y por tanto satisfacer las NEBAS, en los centros poblados de corte urbano que instalar redes de abastecimiento dispersas.
Y ahí esta, a mi juicio, nuestro principal problema que es la ineficiencia de la gestión pública municipal, cuyo indicador más simple es la baja inversión anual o mal utilizada inversión.
Yo creo que si elevaramos en 20% la eficiencia municipal, estaríamos resolviendo nuestra pobreza en la misma proporción. Necesitamos una verdadera revolución cultural en ese ambito de la gestión pública.
Las próximas elecciones de abril nos dirán cuánto hemos mejorado en responsabilidad política y cuanto en conciencia ciudadana, ya que el hambre, la pobreza y el desarrollo es responsabilidad de todos. Esperemos que la nueva generación de alcaldes y concejales sea alguito mejor que la anterior.
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