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A evo Morales los de U.N. le regalaron públicamente dos huevos (de gallina), y otros dos a su vice, García Linera. Significando con ello que le daban de gallinaceas lo que - para ellos - les falta de hombres. Y es que para la derecha su renuencia para debatir, es una falta de valor. El indicador de que le falta huevos o, peor, que les falta cerebro.
Aunque no sea si no para demostrar lo contrario, Evo debería debatir.
Las argucias de sus adeptos de que debe debatir, pero con el pueblo, son salidas piadosas para justificar al lider. Son argucias también eso de que está mal debatir con pollos o dinosaurios y de que, sin debatir, Evo ganó antes y quizás lo haga ahora.
¡Debatir con el pueblo... Y afirmamos al mismo tiempo que el pueblo vota sin necesidad de debatir! Con este razonamiento simplemente estamos confirmando el tratamiento denigratorio que el actual poder da al "pueblo" y la manera cómo lo está utilizando.
En realidad, lo que está en discusión es la intepretación que se tiene de la democracia. Tal parece que Evo y sus allegados juegan el juego democrático, sin creer en él. Por ello, el rato que puede lo escupen.
La idea de democracia - que tiene a las elecciones como eje central - exige que el pueblo elija. Y para elegir hay que saber a qué (a quién)se elige. Esa información la resuleven las campañas propagandísticas, entre otros recursos. Pero el elemento central de información es el enfrentamiento de ideas y propuestas a través, principalmente, de los debates públicos.
Este procedimiento entiende que el pueblo elector (al cual por algo se lo califica de "soberano") tiene la exigencia y capacidad de contrastar diferentespropuestas, para así decidir su voto.
Cuando un candidato se niega a debatir, indica con ello que niega ese tipo de información que el elector necesita para ejercer su soberanía. Puede indicar también que está convencido que quienes van a votar por él no necesitan esa información, porque no están en la condición de asumir esa exigencia democrática o porque asumiéndola, esa información podría más bien perjudicar su posibiidad de ser elegido.
Lo demás es pura superficialidad. Si a Evo y sus pollos les incomda debatir (en los términos clásicos de ese concepto) con la derecha tradicional, ¿por qué no debate con Román Loayza, Roberto de la Cruz o Felipe Quispe? Claro que como estos son indígenas, quizás se les ocurra exigir que el debate sea en quechua o aymara.
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