Armando Méndez Morales
amendezmo@yahoo.es
Cuando el presidente de la República de Bolivia, Víctor Paz Estensoro, declaraba, en agosto de 1985, que "Bolivia se moría", la intermediación financiera prácticamente había desaparecido y como consecuencia de la hiperinflación vivida en esos años, la primera en el mundo no causada por una guerra internacional, sino por el completo desorden económico financiero vivido durante el gobierno de Hernán Siles Zuazo.
Para agosto del año 1985, el saldo del total de créditos otorgado por la banca comercial, tanto privada como estatal, no alcazaba siquiera a los 50 millones de dólares. Desde esta magra situación, la banca inició un largo proceso para revivir el gravitante rol que juega en toda economía, cual es la intermediación entre ahorristas e inversionistas. Años después, varios bancos sucumbieron como consecuencia de ese dramático proceso hiperinflacionario y que no habían podido superarlo. Este es el caso del cierre de varios bancos en los años 90.
Los bancos que pudieron superar las secuelas de la hiperinflación reiniciaron un proceso de vertiginosa recuperación y crecimiento, que se expresó en alcanzar un tamaño que nunca tuvieron. En términos de activos, la banca se ubicó en un nivel del 70 por ciento con relación al producto interno bruto para el año 1999. Sin embargo, esta enorme expansión trajo consigo un incremento peligroso de la mora en los años siguientes, hasta llegar a un 17 por ciento el año 2002. Esto quiere decir que la banca en su afán de recuperar lo perdido en los años ochenta descuidó su prudencia al momento de otorgar créditos. El resolver este grave problema le llevó a una reducción substancial de su actividad lo que se tradujo en una continua disminución de sus activos en relación al PIB, hasta caer a un 40 por ciento el año 2006. A partir de ahí, subió hasta llegar a un 45 por ciento el año 2009, un nivel que no se parece al alcanzado el año 1999,
lo cual señala que la banca enfrentó una "burbuja financiera" a finales de los años noventa y cuya reventón no afecto el desarrollo de la economía real, y más bien enseñó a la banca que la expansión debe racionalmente ser buscada.
Sin duda alguna, que los últimos cuatro años han sido muy buenos para la actividad bancaria en particular y para la financiera en general, pero su tamaño se ha reducido muchísimo si comparamos con la existente el año 1999, y esto en términos reales porque en términos nominales siguió creciendo.
Si para mediados de los años ochenta, los créditos de la banca no alcanzaban siquiera a 50 millones de dólares, para fines del año 2005 eran de 2,595 millones y para diciembre de 2009 es de 4,073 millones. Una total recuperación ascendente desde los negros años ochenta. La tasa de mora total se ubica en un 3,5 por ciento, tasa tolerable. El sistema bancario maneja más de dos millones de cuentas, tiene otorgados 425 mil préstamos, mantiene 425 oficinas entre sucursales urbanas y provinciales, tiene cajeros bancarios por todas partes, y emplea directamente a casi diez mil personas, lo que quiere decir que igual número de familias vive de la actividad bancaria, que podemos estimarla en 50 mil personas.
Algo que también se debe destacar es el hecho que la banca hoy día es una actividad económica muy profesionalizada y completamente modernizada. La banca en Bolivia es la misma banca que tiene el mundo desarrollado. Los bancos otorgan créditos solamente a la gente que pasa el examen del "juez crediticio" que es el denominado oficial de créditos de toda entidad financiera. Este, junto a los comités de créditos, los comités de análisis de riesgo, aplican técnicas modernas al momento de decidir a quién otorgar el crédito.
Pero hay más, ya no es válido el criterio que todavía radica en la mente de mucha gente que sigue pensando que lo importante es "œtener un amigo" en el banco para obtener un crédito. Esto era válido para la banca premoderna, era válido para cuando los bancos tenían poca liquidez y muchos demandantes. Esto se ha modificado substancialmente en los últimos cuatro años, los bancos tienen mucha liquidez y están saliendo a buscar clientes. Ahora, cualquier persona solvente obtiene rápidamente un crédito bancario. Cualquier persona que tenga un proyecto industrial, comercial o de cualquier otra actividad económica bien concebido, fácilmente tiene acceso al crédito, pero siempre si cumple con la condición que todo banco moderno exige, que el prestatario tenga que demostrar que pagará su obligación en los términos pactados y en el plazo convenido.
Si incluimos en este análisis, a las otras entidades de intermediación financiera, como son las mutuales de vivienda, fondos financieros privados y cooperativas supervisadas por la ASFI, se tiene que el total de cartera de créditos para fines de enero de este año alcanza un monto de 5,800 millones de dólares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario