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"Yo le quería decir la verdad por amarga que fuera/ contarle que el universo era más alto que sus caderas,/ le dibujaba un mundo real no uno color de rosa,/pero ella prefería escuchar mentiras piadosas/ Y, cuando por la quinta cerveza,/le hablé de esa chica que me hizo perder la cabeza estalló: "¿Vas a callarte de una vez, por favor?"/ Y así fue como aprendí que historias de dos/ conviene a veces mentir/que ciertos engaños son/narcóticos contra el mal de amor". Es la letra de una famosa canción de Sabina que me lleva a pensar cómo los seres humanos nos consolamos con mentiras piadosas que nos hacen olvidar y ocultar nuestros problemas. La mentira es una forma de eludir la realidad y por tanto la responsabilidad que tendría el afrontar la verdad de alguna cosa. Para el poeta inglés Alexander Pope, "el que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la primera"
La mentira repetitiva está relacionada con problemas en personalidades inflexibles y de conducta rígida. Si se miente durante mucho tiempo, ésta termina convirtiéndose en hábito, donde la misma acaba dominando al individuo. La mentira se da porque el sujeto obtiene cierto placer. Se siente de alguna forma más listo que los demás. El hecho de correr cierto riesgo favorece la elevación de adrenalina. Recibe el beneficio secundario que supone el no afrontar el acto realizado. La mentira llevada a la política es una práctica común y a veces se lo hace de forma compulsiva.
Así, los bolivianos tenemos una y mil mentiras que nos evitan afrontar la realidad, veamos algunas: Somos el país más rico del mundo (para ocultar que somos el segundo país más pobre de Sudamérica después de Haiti). Somos pobres porque el imperio y los ricos se apropian de nuestra riqueza (para esconder nuestra incapacidad de articularnos al mundo). Estamos mal por culpa de los políticos ladrones (como si éstos no nacieran de las entrañas del pueblo). Nuestras manifestaciones culturales son las más ricas del mundo (para encubrir nuestra adicción al trago y al festejo alienante). Me va mal porque Dios y la Pachamama me están castigando (para tapar nuestra falta de innovación en el trabajo tesonero). No me quieren porque soy feo (para encubrir nuestra incapacidad de reinventarnos y volver la adversidad en victoria). Todo lo que han hecho otros no sirve, conmigo empieza la historia (para disimular nuestro desprecio por reconocer que otros hacen también buenas cosas). Me he embarazado porque no sabía y él me ha "istido" (para ocultar la pobre educación sexual que tenemos). Pero como dice la canción, la mentira se construye y tolera entre dos.
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