sábado, 25 de diciembre de 2010

¿A dónde vas Evo?

Hugo José Suárez
hugojose@unam.mx

Desde que Evo Morales llegó a la presidencia he sido un militante defensor de su proyecto. He difundido sus políticas en foros y plazas, escrito artículos y libros, porque tengo claro que él representaba un ineludible ajuste con la historia. En la distancia donde me encuentro, le he dedicado horas a la lectura de periódicos y correos, me he enfrascado en discusiones eternas argumentando a su favor, y me ha hervido la sangre cuando escuchaba tanta tontería que se decía en su contra.

Pero pasadas las principales tormentas, las elecciones municipales del 2010 empezaron a preocuparme. No entendía cómo, en el caso de La Paz, el MAS lanzaba una artillería espantosa contra Juan del Granado y Luis Revilla, hombres honestos, de izquierda, solidarios y que en los momentos más duros del gobierno, no dudaron en apoyar al Presidente, poniendo en juego sus propios capitales políticos. Me parecía comprensible que se suba el tono de campaña, pero llegar a los extremos discursivos no consideraba lo más pertinente. Siempre tuve presente la idea de que el peor enemigo de la izquierda era su capacidad de autodestrucción y división, y eso veía emerger en aquellos debates.

Pero ahora las cosas están asumiendo un rumbo patético. En verdad me cuesta creer que el gobierno se esté empeñando en poner al banquillo de los acusados a Juan y Luis. No puedo concebir que utilicen todos los canales –legales, políticos o autoritarios- para eliminar a piezas clave de la construcción de la nación. Duele. Me invade un sentimiento similar a cuando veía la paulatina descomposición del MIR de Jaime Paz en los 80, que emborrachado por el poder perdió el norte y, poco a poco se fue convirtiendo en un espantoso espectro. Son otras razones, otras circunstancias y caminos, pero desde esta tribuna de observador que me toca en los dos procesos, veo como el tiempo y el poder son capaces de obnubilar los más nobles ideales. Siento una angustia parecida. También me viene a la mente cómo la derecha pretendió bloquear el inicio de la gestión de Juan del Granado en el 2000 buscando tres pies al gato con el caso de los mingitorios. Cuánto hubiera perdido La Paz y en general la izquierda boliviana si la mezquindad hubiera triunfado en ese momento.

Veo cómo el MAS va transitando de ser un partido de esperanza, pilar de un proyecto socialista, a un autoritarismo que apunta su artillería no hacia la derecha sino hacia el surgimiento de nuevas izquierdas que tendrían mucho que contribuir. En vez de apoyar, destroza. En vez de dialogar, acusa. En vez de encontrar puentes, subraya las diferencias. En vez de impulsar una sana diversidad progresista, se refugia en la homogeneidad destructiva.

Siempre he pensado que el enemigo principal del proyecto socialista, más que la oligarquía oriental, eran las propias lógicas perversas del MAS que podrían acabar con Evo. El principal enemigo de Evo es el MAS, y en cierto sentido, una parte del propio Evo.

Estás a tiempo, Evo. Albergo la esperanza de que todavía se pueda rectificar esa actitud de rey chiquito, mirar al país como un estadista y a la historia como un gigante, antes de convertirte en el corta-cabezas de lo que pudiera hacerte sombra. Escucha las voces de tu pasado, piensa en el futuro del país y del proyecto, mira adelante, más allá de ti mismo -¿qué hay después de la era de Evo?- y de los intereses puntuales de quienes te rodean; identifica con mayor claridad a los enemigos, a los adversarios y a los aliados. Suma, no restes. Construye, convoca, invita; no fiscalices y condenes erróneamente. Sólo así será posible creer que esto va a largo plazo, que no estamos asistiendo al inicio del fin, y que el sueño no empieza a convertirse en pesadilla.

2 comentarios:

  1. Blas Urioste / via Feisbuc26/12/10, 9:19

    Lo metieron preso sin proceso al Leopoldo,pero me importo un bledo,porque era uno de esos políticos que a mi por principio no me gusta

    Lo acribillaron a tiros a Rosza,pero me callé, porque los derechos humanos de los de la derecha me los pas...o por el culo.

    Pero ahora estoy escandalizado, porque a mi amigo - que también se calló conmigo - le están aplicando la misma medicina que a mi me parece bien que se la apliquen a mis enemigos...

    Asi nomás son los "ajustes ineludibles de la historia" y el ser uno de los buenos en ojos de los que siempre son los buenos, porque están convencidos de tener la verdad en sus manos no alcanza. Quien vio en Evo un estadista, tendrá que vivir con sus amigos presos...

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  2. Coincido con Blas, todos ellos que como Juan del Granado estuvieron desde siempre haciendo de las suyas como veletas, unas veces en el MIR, luego dividiéndolo con el MIR-Masas, de allí saltaron al MBL y en alianza con Goni trabajando y defendiendo la "capitalización" como si fuera suya, para luego fundar el MSM y denostarla en alianza con el MAS, de quienes fueron sostén y sustento electoral, sin importarles nada más que lo suyo. Esos amigos de la izquierda oportuna, son lo que son, no hay que olvidarlo nunca. Muy bien Blas por recordárnoslo de tan cruda manera.

    Pero otra cosa es caer en el mismo error. Los que denunciamos los abusos contra el tal Leopoldo, a pesar de que lo despreciaramos como a un político conservador, de derechas, un señor feudal de los que deben desaparecer con el tiempo. Los que denunciamos el asesinato de Rosza y sus compinches, aunque estemos definitivamente en contra de cualquier intento de desestabilización no democrática del régimen. Los que denunciamos los abusos contra, por ejemplo Manfred Reyesvilla, aunque jamás se nos ocurriera votar por semejante alianza o personaje. O los que denunciamos ahora lo acontecido fuera de la ley y de la democracia con el Gobernador Cossio, a pesar del tufillo a corrupción que deja detrás de su huida. No podemos dejar de denunciar también, y actuar en consecuencia, cuando se quiere dejar a La Paz sin su alcalde democráticamente electo, de manera vil y abusiva, como suele ser y hacer las cosas el MAS, cuando quiere tomar por la fuerza lo poco que no pudo a través de las urnas.

    Habrá que estar con Revilla,y con Juan del Granado, sabiendo quiens son, lo que quieren y lo que pueden dar, pero lado a lado, militantemente en una causa democrática, sin dudas ni resquemores con nosotros mismso, porque no podemos andar en tiempos de emergencia democrática, con semejantes exquisiteces, visto el brural adversario que tenemos al frente.

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