Emigdio Flores Calpiñeiro
emigdioflores@hotmail.com
La Loma Santa que hace parte de la cosmovisión indígena de los pueblos mojeño, yuracaré y chimán sirvió de refugio y santuario a los indígenas que no fueron aprehendidos o aquellos que una vez capturados se escaparon de las reducciones y misiones implementadas con el uso de la fuerza conquistadora y colonizadora, en la época de la colonia española, para fines de catequización y reorganización económica y social de la población considerada "infiel".
El concepto de Loma Santa como elemento central de la cosmovisión indígena que se refería a la creencia en la "tierra sin mal", como testimonio de la visión del mundo y de poderoso mecanismo de cohesión social, se convirtió en un refugio y santuario concreto y localizado con precisión geográfica hacia donde se escaparon y convergieron los indígenas de diferentes pueblos de las pampas benianas para salvaguardar su cultura, sus modos de vida, sus conocimientos y saberes ancestrales y, sobre todo y en definitiva, para salvaguardar su propia existencia. Se dirigieron a la zona que, hay que puntualizarlo, hacía parte de su propio territorio desde tiempos inmemoriales y donde ya vivían grupos de su propia nación. El desplazamiento, forzado por las circunstancias, se hizo hacia el sector de su propio territorio que en la actualidad se conoce como el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure – TIPNIS, situado en una zona inaccesible para los colonizadores de entonces, en el límite de los contrafuertes y estribaciones andinas, donde la pampa se va convirtiendo, poco a poco, en montaña.
En ese territorio, que abarca en su conjunto el suelo, el subsuelo y la cobertura boscosa o "vuelo", siguen viviendo, desde hace siglos, los indígenas mojeños (ignacianos y trinitarios), yuracarés y chimanes. De su territorio obtienen, por la abundancia de los recursos de la biodiversidad, marcada ésta, sin embargo, por el sino de la fragilidad y vulnerabilidad, los medios para su sobrevivencia: caza, pesca, frutas del monte, recursos para construir sus viviendas, producir medios de transporte, utensilios, armas, ropas y medicinas. Pero también, al lado de lo material de su hábitat, es menester considerar el enorme significado simbólico del actual TIPNIS como la Loma Santa de los indígenas, aspecto primordial de su imaginario social, para fundamentar y dar una razón a la propia existencia de esos pueblos, que hacen parte de la pluriculturalidad boliviana.
El aspecto simbólico de la Loma Santa o lugar sagrado, donde el Ser Supremo se manifiesta a los hombres, es semejante a las huacas, a ciertos cerros, o a un conjunto de lugares sagrados, que hacen parte de la cosmovisión de todos los pueblos del mundo entre los cuales los aimaras, quechuas y otras treinta y cuatro naciones indígenas de Bolivia.
En épocas pretéritas, los habitantes indígenas mantuvieron un cierto tipo de contacto de índole comercial y pacífica con habitantes de allende las montañas. En aquellas épocas la vía de acceso era, entre otras, por la zona del actual Puerto Villarroel, o en todo caso, por una zona más al este del actual TIPNIS. Es sabido, por ejemplo, que de esas zonas bajas, los enviados, en la época colonial española, que llegaron en forma pacífica y nunca con el afán de asentarse o colonizar, obtuvieron los enormes troncos de bambú que se usaron para fabricar los órganos de algunos templos católicos de ciudades como Cochabamba y Mizque entre otras. El intercambio amigable no ocurrió cuando, en épocas anteriores a la colonia española, avanzadas del Imperio Incaico pretendieron "bajar", con fines de conquista y colonización, hacia esas zonas. Las avanzadas, como ocurrió en la zona de Samaipata y Santa Cruz de la Sierra, fueron repelidas por los indómitos indígenas, ancestros de aquellos que hoy marchan desde sus tierras de origen hacia La Paz, la lejana sede del Gobierno Plurinacional.
En el debate relativo a la pertinencia o a los efectos de la construcción de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos, además de los aspectos abundantemente considerados por los medios de comunicación: tema medioambiental y los peligros de devastación; cuestión cultural y supervivencia indígena de los pueblos del TIPNIS; necesidad de tierras para colonizadores, muchos de los cuales simplemente cocaleros; desarrollo sostenible, integración nacional, etc. todos ellos temas y aspectos que interesan, es cierto de manera diferente según el autor involucrado en este conflicto, debe tomarse en cuenta el tema de la Loma Santa.
Conforme a pronunciamientos, intereses visibilizados y necesidades expuestas por las partes involucradas en este conflicto, hay un grado de avenencia en la construcción de la carretera y que los puntos extremos de la misma sean necesariamente las localidades de Villa Tunari y San Ignacio de Moxos. El punto neurálgico es el trazado del tramo que fracciona la Loma Santa, "Casa Grande" de los indígenas. En este sentido, es posible pensar en un acuerdo que pueda satisfacer los intereses de las partes, y que el compromiso mutuo implique cambiar el trazado inicialmente previsto de la carretera, tal vez pasando por el este (lado izquierdo en el mapa) del TIPNIS, rodeándolo, tal como ya ha sido propuesto. O la opción puede convenirse por el oeste, lado del pié de monte, aunque hay voces que consideran esta opción más cara y podría poner en peligro la biodiversidad por la cercanía de la obra a ejecutarse con las fuentes de agua, importantes para la cuenca. En todo caso, es previsible que con un nuevo trazado, fruto de un acuerdo labrado entre partes, todos puedan salir ganando y se consiga preservar la Loma Santa, y todo lo relacionado a la vida material y simbólica de los pueblos indígenas.
Si la carretera al final se construye por el corazón de la Loma Santa, fragmentando la "Casa Grande", ¿hacia dónde podrían escapar, esta vez, los indígenas para salvaguardar su cultura y su propia existencia? ¿Dónde encontrarían otra Loma Santa, otra "tierra sin mal" como refugio y santuario para construir su "vida buena" y su "vida armoniosa?
No hay comentarios:
Publicar un comentario