sábado, 31 de marzo de 2012

HUACAYA Y EL BLOQUE AZERO

Juan José Bonifaz B.
jjbonifaz@gmail.com


La Madre Tierra pone su manto de verdad. Demuestra que los campos petroleros Margarita y Huacaya, son un solo reservorio del bloque Azero. No es una sorpresa, lo hemos afirmado reiteradamente -basta repasar la historia y nuestra geografía- para comprobar que la antigua provincia Azero  de Chuquisaca, es la primera provincia  petrolera de Bolivia (1896) Margarita es solo una creación actual. Sobre este mismo asunto, técnicos  honorables y calificados como el Expresidente de YPFB y Exsenador de la República por Tarija, Ing. Carlos D’Arlach,“no solamente considera que hay conexión entre los campos Margarita y Huacaya sino que ambos son un sólo campo” y eso, justifica más nuestra posición.

Sumamos pruebas, el Libro de Oro de YPFB (1936 -1996) consigna las primeras peticiones petroleras por empresas sucrenses (1899 -1917) Huacaya, Camatindi y Cuevo, están  entre las primeras 20 peticiones, todas en la provincia Azero de Chuquisaca. Por tanto queda claro, que la fiebre del petróleo, descuartizó la provincia Azero y la distribuyó entre Santa Cruz, Tarija y el Paraguay; dejando los restos para Chuquisaca.  Fue la  ambición que inundó la mente de vecinos, que en olas de asentamientos arbitrarios y, hasta con  guerra internacional, coparon ese territorio poco valorado por sus legítimos e históricos propietarios.

Además tenemos para definir nuestros derechos sobre esa zona: 1) La Ley de 13 de Octubre de 1840. Esta Ley, establece como límite arcifinio el rio Pilcomayo, que divide la provincia Azero de la provincia de Salinas (Tarija).  2) El mapa de Bolivia reconocido como Ley del Estado (IGM 1859).  3) El “Bosquejo Estadístico” del ilustre jurisconsulto Dr. José María Dalence, que demuestra el cuadrilongo de la provincia Azero hasta el Paraguay, de esta manera: “Confina por el Norte con las provincias de Gutierrez y Chiquitos, por el Sud con la de Salinas, que divide el Pilcomayo; por el Este con  el Paraguay y por el Oeste con Tomina”.

Estas verdades,  hacen ocioso el despliegue de tecnicismos y publicidad política, para atribuirse derechos inexistentes, la situación es muy simple: Se trata de repartir entre hermanos algo que el tiempo ha convertido en propiedad común con criterio de equidad: corresponde el 50% y asunto cerrado. El hecho que Tarija y Santa Cruz, hayan preparado sus líderes políticos, estrategias y técnicos con mucho tiempo de anticipación,  copando funciones en el ejecutivo y la empresa del petróleo, les permitió algunas ventajas como localizar los grifos en territorio tarijeño y cruceño para controlar la salida del producto, pero la gran garrafa que es el campo productor, no es su  propiedad exclusiva y tampoco hace posible perforar pozos sin un criterio técnico ponderado.

Cuando se inició este artificial conflicto -con alto contenido político- campo Margarita era propiedad exclusiva  de Tarija (2004) y Chuquisaca mantenía derecho sobre Huacaya, campo conocido desde 1911. Ahora, Tarija comparte también Huacaya (¿?)… La verdad es que no existe solidaridad ni transparencia en el trato con Chuquisaca -ni de los propios chuquisaqueños- somos tierra de indiferencia y derrota. Estamos pagando un siglo, el pecado de amor a la patria y la libertad, mientras  otros buscan el éxito y la ganancia a expensas de nuestra debilidad.

De ahí que la solución, no pasa por criterios políticos ni  técnicos que mucho daño han causado históricamente a la región. Campos compartidos, beneficios iguales y punto.

La mayor duda es, cómo se invertirá el futuro producto del suelo chuquisaqueño. Si la cosa sigue como hasta ahora, con esa visión retrograda de municipio y promesas incumplidas,  toda esperanza de desarrollo está perdida. Cualquier volumen de recursos pasará sin impacto por las arcas departamentales y, esta es la posible razón, para el desinterés de la ciudadanía, que ha perdido la fe en un mejor destino. En otras circunstancias, se habría levantado en defensa de sus legítimos intereses.

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