domingo, 24 de junio de 2012

LA POLICÍA Y EL SISTEMA COLONIAL INTERNO

No estamos en una sociedad capitalista, ni siquiera en una atrasada y dependiente. Vivimos todavía una realidad fundamental feudal y colonial dentro mismo del país. En un sistema reflotado y reafirmado por la estatización de la economía y el agigantamiento del estado.

Tito Pedro Reynaga V.
wreynagavx@yahoo.es

Sin duda que el MAS tiene el poder. Más de dos tercios de la autoridad del Estado está en manos de este partido y sus jefes, a pesar de la declarada autonomía y de la legislada independencia de Poderes. Entonces, resulta que los conflictos políticos y sociales actuales, no pueden tener otro factor central que el mismo MAS en función de gobierno.

Sin embargo, debemos aclarar que los problemas, como los del motín policial o la marcha por el TIPNIS y los de la toma de la mina de Colquiri, etc., están más allá de la voluntad de sus líderes. Como derivaciones determinadas por la práctica del programa de cambio pretendido, el llamado "socialismo comunitario", "suma qamaña" (que casi ya no mencionan). Porque tal programa en realidad no es otra cosa que un programa neoestalinista, que "por defecto" (como dicen los informáticos) está resultando sólo poco más que el modelo movimientista del 52, con toda la carga de absurdos y deficiencias que le son naturales.

Es de ahí que los sueños de Evo Morales y el MAS están yendo cuesta abajo. Hacia su propia desgracia. La de un líder indígena, que podía tener mejor suerte. El que ahora parece estar atolondradamente encaminado hacia la frustración y la derrota por mano propia. Todo, en la pretensión de cumplir con los ideales de la revolución marxista. Empeñado en servir a la ideología populista inspirada por Karl Marx, aderezada hoy con los desvaríos de los imaginativos posmodernistas en plan pachamamista. Está ocurriendo eso que los de Patria Insurgente llaman "implosión". Y estas son sus causas.

Es la debacle de un nuevo intento de hacer la revolución socialista, cuando de facto se están reafirmando las estructuras del colonialismo interno. El que en estos tiempos se alimenta de la economía estatizada: botín del saqueo oligárquico colonialista ahora en manos del MAS y sus elites, ya no sólo criollas o blancoides, sino también indígenas y mestizas. Demostrando que el colonialismo interno como estructura social bien puede funcionar con diversos agentes y beneficiarios étnicos.

El problema fundamental del país, y del actual Gobierno, está en la agregación de los absurdos económicos y políticos del socialismo de economía estatizada a los propios de la herencia feudal colonial que arrastramos. De ahí es que sale la incapacidad de la sociedad boliviana para cobijar una actividad productiva apropiada, capaz de aprovechar nuestros recursos naturales y humanos, como las oportunidades que el mundo globalizado ofrece (que el Perú como la China y la India, entre otros, están aprovechando brillantemente). Lo que deriva en la pobreza y la desigualdad extrema que nos son habituales. Así como un sistema político y de gobierno contrario a la democracia y los derechos humanos, más hecho para la apropiación fraudulenta del excedente, a beneficio de las autoridades que ha representar a la sociedad. Autoridades que en esas condiciones se ven obligadas a defender con uñas y dientes sus privilegios ante otros grupos ávidos también de medrar del poder y del excedente. De ahí la mentira como método, como la violencia política y las ideologías de odio y venganza. Esto es lo que está sucediendo.

Problema estructural, la irracionalidad del sistema. No nos referimos al trajinado: "Bolivia, país capitalista atrasado y dependiente". Sino, al colonialismo interno, apuntalado por la estatización de la economía –la colonia en Bolivia tiene a sus agentes y beneficiarios dentro mismo del país, no afuera--. Hablamos de las condiciones fundamentales en las que estamos, que tienen en el estado su principal expresión. En el manejo feudal oligárquico de las diversas instancias de autoridad y representación, como negocio privado de sus autoridades y dirigentes en procura de enriquecimiento por medio de la corrupción. Afán que con el actual gobierno ha llegado incluso a contar con leyes y decretos pensados a propósito de abrir mejores oportunidades. Medidas encubiertas con el discurso oficial de lucha contra la corrupción, que en su afán encubridor viene siendo propalado por mil medios y programas de comunicación, a fin de embaucar a la opinión pública.

En Bolivia, la izquierda como la derecha son sólo expresiones dentro del marco de las actuales estructuras. Esto es, que son matices dentro de los mismos afanes oligárquicos del saqueo colonialista. La modernidad de la democracia y la economía de mercado aún no han logrado expresión política en el país.

Veamos la Policía. Ésta es la organización estatal que junto con las FF.AA. constituye un paradigma de la condición feudal colonial del estado boliviano.

En la Policía, el rol de los colonialistas lo ejercen las elites, diríamos que cuasi mafiosas, si nos atenemos a las amenazas denunciadas por la Ministra Anticorrupción Nardi Suxo y un ex Viceministro del Ministerio de Gobierno del régimen. Mientras que en la condición de pueblo víctima del colonialismo está la tropa. Esto explica que al policía de a pie, al "paco", se le pague un mísero sueldo mientras que las elites de los jefes bien pueden hacerse ricos administrando los recursos de operación de la organización o administrando sus potestades y autoridad. De ahí que, como comentaba la Ministra de Comunicación, hoy en Panamericana, Amanda Dávila, la tropa de la policía esté obligada a comprarse sus armas y hasta sus municiones, lo mismo que sus uniformes y a pasar hambre en su trabajo por lo mísero de sus viáticos, a sostenerse como puedan –lo que los empuja a la corrupción menuda que la ciudadanía acepta como algo normal--. Cosas que se ven también en las FF.AA. Donde, según comentan, los soldados son obligados a beneficiarse periódicamente con varios días de "franco", esto es, a ir a la calle a buscarse la comida. Lo que generarla un ahorro a los administradores de los recursos destinados a la alimentación de los soldados. Un "ahorro" similar, estarían consiguiendo también con los soldados que van en misiones de la ONU fuera del país, a los que sólo les pagan una fracción de lo que como sueldo destina la ONU para éstos. ¡A dónde irá esa plata!

Son cosas comunes a varios organismos del estado. El ser administrarlos como feudo por sus autoridades. En la Policía, aprovechando la ingenuidad de la tropa que en su condición de campesino aymara o quechua recién emigrado no conoce de sus derechos ni de las formas y normas que rigen. Lo que es aprovechado al viejo estilo colonial que une desprecio y expoliación. Como digo en mi libro: "El Sistema Social Libertario poscapitalista", éstos, son problemas derivados de la gran asimetría de orientación y acción que se da entre las masas populares y las elites dirigentes. Entre el pueblo y los grupos oligárquicos. Una de las condiciones básicas de las estructuras del colonialismo interno.

Como ven, no estamos en una sociedad capitalista ni moderna. Vivimos todavía una realidad fundamental feudal y colonial, reflotada y reafirmada por la estatización de la economía y el agigantado estado. De ahí que, como dice el Negro Arias, "Bolivia danza mientras el mundo avanza". Danzamos al son del populismo, hoy pachamamista, mientras la nueva oligarquía saquea.

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