jueves, 21 de marzo de 2013

ANTES MUERTOS

Julio Aliaga Lairana

Lo de Oruro no tiene parangón, la gente está en las calles y tirando piedras, si no se ha integrado a un piquete de huelga de hambre de los que emergen nuevos todos los días; las oficinas y colegios están cerrados, los maestros y universitarios bloqueando calles y caminos, la producción paralizada, mientras un grupo de campesinos dice amenazar con cercar la ciudad y llevar las cosas al extremo del enfrentamiento. Me recuerda la Edad Media europea, cuando las ciudades se movilizaban en defensa de su libertad, frente al poder de los príncipes feudales que imponían sus designios fuera de algunos burgos, desde el campo y con el apoyo de los campesinos, sus vasallos; una batalla superada hace décadas en el mundo, pero que mantiene atávica vigencia en la estepa altiplánica boliviana, perdida en medio de los Andes.

[ACLARACIÓN: escribo esto de "perdida por los Andes", en un esfuerzo por recalcar la marginalidad de estos rencores, en un mundo que ha encontrado caminos para superar pasadas rencillas coloniales y camina, como nuestro subcontinente, hacia la modernidad, la democracia, la igualdad, la integración y el desarrollo; proceso del cual seguimos siendo marginales.]

Pelea en Oruro

Todo porque a un grupo de asambleístas plurinacionales del aquel departamento se le ocurrió, sin que nadie los llamara (según versión del propio interesado), cambiarle el nombre al aeropuerto de esa ciudad y ponerle, cómo no… ¡Evo Morales Ayma! Ya les han dicho de todo y quiero sumarme a los gritos de improperios que se han hecho escuchar por todos los rincones patrios para calificar a esa caterva de llunkus.

De allí en más las protestas y las agresiones. Protestas contra el abuso y agresiones contra la historia y la memoria colectiva de una ciudad. Hemos escuchado a los masistas denostar la memoria de ese Juan Mendoza, que vaya uno a saber bien quién nomas sería, pero que por voluntad y reconocimiento de sus contemporáneos, terminó con su nombre identificando el aeropuerto orureño y siendo parte constitutiva de su identidad urbana. Han borrado su nombre argumentando que este es otro aeropuerto y que ahora es internacional, aunque dicho apodo no se si le sienta bien, porque habrá que esperar algún vuelo internacional que llegue y veremos desde donde; mientras tanto es pura demagogia gubernalemntal, sigue siendo el aeropuerto de siempre, con unos ladrillos más.

Pero en el Estado plurinacional nada es de sorprender y todo puede pasar, no sorprende tampoco esta singular actitud en la Villa de San Felipe de Austria. Lo que indigna es la actitud del Presidente de este estado de cosas, quien no se conmueve ante la posibilidad de que los ciudadanos orureños estén a "un pelo" de agarrarse a pedradas por su nombre. Ese es Evo Morales Ayma retratado de cuerpo entero, cuya popularidad ha actuado como un "canto de sirenas" para seducir y ocultar la realidad ante el mundo entero.

¿Y es a ese déspota insensible, que le importa poco la suerte de su pueblo, que miente, maniobra, engaña, incumple lo que dice y vaya uno a saber cuántas otras cosas más, al que le estamos pidiendo que cumpla su palabra y de un ejemplo de honorabilidad dejando su candidatura en las próximas elecciones, para cumplir con la democracia y con las leyes y para el bienestar de la nación?

Antes muertos… no él… todos nosotros, si fuera necesario.

INCApaz

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