viernes, 31 de mayo de 2013

LOS FUNCIONALES

Jorge Landívar Roca
jlandivarr@gmail.com

Sin duda alguna, el gobierno actual está convencido que detrás de todo análisis político, de todo comentario mediático crítico a sus actuaciones, existe un complot mediático. No es en vano que desde el inicio de su gestión hubiera arremetido contra los medios de comunicación y periodistas y en los últimos días contra intelectuales y comentaristas, que –con sus más o sus menos- buscan poner luz sobre lo que el poder quiere ocultar. Resulta entonces una guerra planificada contra el periodismo, la intelectualidad y en suma contra la libertad de expresión. No otra cosa explica la compra de periódicos y canales a través de interpósitas personas y la instalación de radioemisoras a fin de quitar influencia en la formación de opinión pública a quienes tienen una visión distinta de los asuntos públicos.

Entran en complicidad aquellos periodistas, jóvenes y maduros, entusiastas expertos de la comunicación, calificados de progresistas, que se identificaron con el proyecto del MAS, y terminaron funcionales a este partido. Trataron de justificar su actuación señalando que había llegado la hora del "cambio". Tarde se dieron cuenta que la intervención del gobierno en el espacio de los medios apuntaba a construir una escena ideal, programada, sin conflictos, pletórica de realizaciones y sin negros o grises siquiera. Pese a ello, muchos se quedaron trabajando en un periodismo-propaganda, agobiante e insulso, ausente de información real y objetiva, aún conscientes que el gobierno había definido una política de medios y comunicación en base a una maquinaria paraestatal de control del periodismo y de toda opinión adversa.

Pero también resultaron funcionales al gobierno aquellos ciudadanos, empresarios y sectores sociales que se prestaron a trabajar utilitariamente con el gobierno; en algunos casos su presencia duró muy poco, pues fueron expulsados por los autoritarios, que tuvieron la habilidad de desplazar rápidamente a esas "primaveras". Al parecer no se percataron que el proyecto político del MAS, anidaba resentimientos y ansias de venganza, como ocurrió con el departamento cruceño que fue el que más sufrió las consecuencias de este propósito, avasallado por la judicialización de la política y la consigna de destruir sus instituciones, en algunos casos para crear peores. El justificativo era que en las guerras se cometen errores e injusticias, lo importante es ganar.

Lo preocupante es que la confusa oposición aún no advierte que no se puede enfrentar y vencer a un adversario sin antes comprenderlo. Y que tampoco se puede luchar contra alguien si antes no se identifica quien comanda la vocación real por dominar todo el escenario político, imponiendo una voz única y catalogando como enemigos a los que no piensan exactamente igual. Vemos que también al interior del MAS pocos se atreven a señalar cuál es exactamente la "pieza del rompecabezas" que define el decurso de las reprensibles acciones políticas. ¡Quién o quiénes realmente están detrás de Evo!

En esta gestión de gobierno se ha optado decididamente por dominar a quienes disienten y no comulgan con sus ideas y propósitos: a intelectuales, periodistas, Iglesia, y especialmente a los políticos. Utilizando la represión sin escrúpulos, detentan abiertamente una vocación por el poder total y permanente.

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