viernes, 18 de octubre de 2013

VALORACION DEL HONORIS CAUSA DEL HERMANO EVO

José Pastén Burgoa
pastenburgoa@hotmail.com

Ya no es una novedad y no es la primera vez. El Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia fue honrado con esta distinción y al margen de esbozar una sonrisa o ponderar tal decisión por parte de cualquier connacional, es bueno y pertinente saber mínimamente en que consiste, de que se trata este hecho trascendental . Acudiendo a la información obtenida de la ciencia y tecnología a través del Internet arribamos a la siguiente explicación:

Doctor honoris causa es un título honorífico que da una universidad a personas eminentes. Esta designación se otorga principalmente a personajes que han destacado en ciertos ámbitos profesionales y que no son necesariamente licenciados en una carrera. Históricamente un doctor honoris causa recibe el mismo tratamiento y privilegios que aquellos que obtienen su doctorado académico de forma convencional, a menos que se especifique lo contrario.

Honoris Causa es una expresión en latín cuyo significado es «por causa de honor», una cualidad que conduce a uno al cumplimiento de sus deberes, respeto a sus semejantes y a sí mismo, es la buena reputación que sigue a la virtud, al mérito o a las acciones de servicio, las cuales trascienden a las familias, personas, instituciones y las acciones mismas que se reconocen. Es un alto honor para personas de testimonio social, reconocido e intachable. En la mayoría de los casos, esta locución es antecedida por el término maestro o doctor.

En la historia académica de las universidades más prestigiosas existe una selecta lista compuesta por científicos, investigadores, pensadores o artistas de prestigio distinguidos con el Doctorado «Honoris Causa», algo que constituye, probablemente, uno de los mejores escaparates de su potencial académico y de investigación.

Seguramente los asesores del presidente masista han debido investigar y munirse de información para el evento mismo que implica una serie de protocolos formales que deben dejar de lado la chompa roja y la presentación exótica aplaudida antes y hoy parte de un pasado atípico.

La concesión, en el ceremonioso ritual de investidura, de distintos objetos relacionados con la universidad clásica encierra toda una exaltación de la docencia y la sabiduría. Como a un caballero de la enseñanza, al inminente y futuro doctor honoris causa se le impone, de modo sucesivo:

El birrete «...para que no sólo deslumbres a la gente, sino que además, como con el yelmo de la diosa Minerva estés preparado para la lucha»;

El anillo «La Sabiduría con este anillo se te ofrece voluntariamente como esposa en perpetua alianza; procura mostrarte esposo digno de tal esposa»;

los guantes «Estos guantes blancos, símbolo de la pureza que deben conservar tus manos en tu trabajo y en tu escritura, sean distintivo también de tu singular honor y valía»;

el libro «He aquí el libro abierto para que descubras los secretos de la Ciencia (...) he aquí cerrado para que dichos secretos, según convenga, los guardes en lo profundo del corazón».

Tras la ceremonia, y con la concesión al nuevo doctor de las facultades de leer, comprender e interpretar, se le indica: «Toma asiento en la cátedra de la Sabiduría, y desde ella, descollando por tu ciencia, enseña, orienta, juzga y muestra tu magnificencia en la universidad, en el foro y en la sociedad», comprometiéndose éste a guardar las leyes y el honor de la universidad y prestarle favor, auxilio y consejo.

Finalmente, las preguntas son muchas, entre ellas:

¿Nuestro mandatario cumplirá con las cualidades, preceptos y condiciones para hacerse acreedor a tan tremenda distinción?
¿De ser así, las cumplirá?

¿Ser Doctor Honoris Causa ayudará a que Evo mejore sus conocimientos mínimos en relaciones humanas, públicas y sociales?
¿ Juan Evo se dará cuenta real y consciente del honor que significa ser honrado como Doctor Honoris Causa?

¿Qué sensación, sentimiento o impulso debemos sentir los bolivianos ante este hecho?

De marchar todo en orden corresponde un ¡Congratulaciones señor Presidente! Si hay observaciones solo un silencioso prudente.

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