miércoles, 11 de diciembre de 2013

POR QUÉ DEBEMOS CONFORMAR UN FRENTE ÚNICO PROGRAMÁTICO Y ELECTORAL

Walter Núñez Rodríguez
wnunezr@hotmail.com

Todo proceso democrático busca en esencia generar un amplio y diverso conjunto de opciones electorales, para que el pueblo mediante su voto elija sus autoridades; a un presidente inteligente, equilibrado y resuelto a gobernar para todos, a parlamentarios de corrientes diversas de opinión que enriquezcan el debate político y fortalezcan la legislación nacional, y a gobernadores, alcaldes y concejales de distintas siglas y percepciones políticas, conformando en un todo el verdadero carácter de la democracia, que es expresión y síntesis de los diversos intereses de un pueblo.

Estamos a menos de un año de las elecciones generales del año 2014 y es necesario intentar por todos los medios legítimos y al alcance de la gente, conformar un frente único programático y electoral, que le haga frente a la impostura del Señor Evo Morales y de la gente que lo sigue. Así de sencillo, así de frente.

Los ciudadanos en democracia, tienen el derecho y obligación de protegerse frente a las inconductas en el manejo de la cosa pública, unirse frente a la corrupción, frente al descarnado y perverso racismo que ahora afecta la vida diaria de los ciudadanos bolivianos, frente al crecimiento dramático del narcotráfico, del contrabando y del desprestigio nacional ante la comunidad internacional. La democracia tiene la capacidad y los instrumentos para permitir que la gente reaccione frente a lo que es el intento de los masistas de perpetuarse en el poder, a guisa de su famoso proceso de cambio, que más que cambio es venganza, es persecución política a los opositores, es impostura, es dolor, es drama.

La candidatura única de oposición debe instrumentarse para lograr la victoria electoral y sacar al MAS del gobierno, barrerlos de todas las instancias posibles y sacarles las garras del manejo de la cosa pública.

A partir del voto ciudadano, se debe alcanzar una presencia mayoritaria, cualitativa y cuantitativamente significativa dentro de la Asamblea Legislativa Plurinacional, para devolver a esta instancia su rol de poder básico del Estado, haciendo de sus integrantes verdaderos legisladores y fiscalizadores del Órgano Ejecutivo. Vemos que hoy como jamás antes ha acontecido, los asambleístas son meros levanta manos. Los parlamentarios masistas que se oponen a los desatinos gubernamentales son descalificados y apartados, y los opositores carecen de cualquier chance de influir en la legislación.

Conformar un frente único programático y electoral, es un imperativo moral e histórico para todos quienes en este momento no comulgan con el estado actual de cosas y por más que unos y otros digan "yo con este ni a la esquina", les debe convocar la necesidad de derrotar electoralmente a Evo Morales,como un deber patriótico que supera rencillas personales, opiniones subjetivas, enconos raciales y posiciones ideológicas, las que frente al desastre actual, son casi irrelevantes.

Que los masistas descalifiquen la formación de un frente único con un listado de epítetos, es lo menos que se puede esperar de quienes no creen en la democracia real y que lo único que pretenden es seguir manejando el país como si fuera su estancia, su chaco, su chacra. En democracia, con reglas y procesos electorales transparentes, nadie es invencible y a los hombres y mujeres públicos, no se les reza, solamente se los elige, se los apoya o se los derrota con el voto de la gente.

Con el dominio casi absoluto sobre el Órgano Judicial, su velada intromisión en el Órgano Electoral y su descaro al tener en la ALP una instancia de relaciones públicas del Palacio de Gobierno, el MAS subvierte la democracia, la aniquila como forma de gobierno, juega con los sentimientos del ciudadano, engaña al mundo entero y se ensaña con el poder para hacer daño a todos quienes no comulgan con este "imperio del espanto".

Vistas así las cosas, la única forma de recuperar la institucionalidad democrática y devolver al ciudadano la capacidad de gobernar, es derrotando electoralmente al MAS. No debe quedar duda alguna que la conformación de un frente único tiene ese y no otro propósito y si bien reducir al máximo las candidaturas opositoras, suena a restringir el derecho a ejercitar el voto en base a diferentes opciones, no queda otra posibilidad que reconocer que este mecanismo es un recurso válido, legítimo y necesario para que la democracia de verdad vuelva al país.

Parecería que este objetivo es decir, recuperar la democracia, la decencia ciudadana y la dignidad nacional, son poco menos que importantes para muchos de los líderes opositores. Parecería que lo único que los motiva es su extrema aunque tonta ambición de ser candidatos, sin darse cuenta que divididos como ahora se encuentran, llegaran solamente a ser eso, candidatos. Estos no reflexionan sobre su responsabilidad de ofrecer a la ciudadanía en general una opción electoral posible para derrotar a Evo y reencauzar el país por las sendas de una institucionalidad civil perdurable, sostenible como sistema y receptiva a los intereses de todos los bolivianos sin exclusiones.

Persistir en la desunión es suicida. Oponerse a un proceso primario de elección del candidato opositor es ser funcional al MAS, por más que algunos lo nieguen. Oponerse utilizando la perorata de que un frente único sería nada más que electoral y carente de principios e ideología, es buscar lo ideal frente a lo posible y es también una forma de servir los intereses demagógicos y absolutistas del partido de gobierno.

Considero que si los que se oponen por principio a conformar un frente único, lo hacen porque dicho esquema carecería de una plataforma de acción gubernamental y bases ideológicas sobre las cuales construir paso a paso un proyecto de unidad nacional, les propongo iniciar una pronta discusión y para ello adelanto las siguientes ideas básicas:

1. La limpieza total del sistema judicial, despolitizando y transparentando sus acciones y a sus integrantes, incluido por cierto, el Ministerio Público, con el objetivo de garantizar el pleno e inegociable cumplimiento de las leyes y generar confianza en la majestuosidad del Estado.

2. Renovación total del Órgano Electoral Plurinacional, con el objetivo de otorgar al ciudadano las seguridades de que el árbitro electoral es sinónimo absoluto de imparcialidad.

3. Reencauzamiento del rol de las Fuerzas Armadas de la Nación y de la Policía Nacional como instituciones básicas del Estado, sometidas a los poderes civiles pero ajenas a los intereses partidistas de los gobiernos de turno, con el objetivo de disponer de una fuerza pública profesional para defender la heredad nacional y dar garantías para la paz interna y la seguridad ciudadana.

4. Consolidación plena del proceso autonómico departamental y recuperación de la integridad gubernativa de los municipios, con el objetivo de profundizar y mejorar la gestión pública a nivel de las instancias más cercanas a las demandas del ciudadano.

5. Consolidación y fortalecimiento de las conquistas sociales alcanzadas en los últimos 31 años de democracia, como patrimonio inmanente y permanente de todos los bolivianos.

6. Fortalecimiento del aparato productivo nacional con políticas y programas que incentiven la inversión privada, nacional y extranjera, eliminando el intervencionismo así como la competencia desleal estatal.

7. Fortalecimiento de las capacidades públicas para la lucha contra la corrupción y el contrabando, con el objetivo de castigar la comisión y la omisión en ambos delitos que drenan las arcas fiscales y corrompen la moral del Estado.

8. Combatir sin tregua y con el respaldo pleno de las leyes, el narcotráfico y la delincuencia, que están conduciendo el país hacia su desintegración moral.

9. Fortalecer la presencia de Bolivia en la comunidad internacional, como un país defensor de los derechos humanos, respetuoso de los tratados internacionales, asociado a sistemas de integración que defienden la democracia y como un país cuyas relaciones y acciones diplomáticas persiguen la convivencia pacífica y el respeto mutuo entre todas las naciones del mundo.

10. Construir una verdadera política de Estado sostenible y consecuente con el objetivo irrenunciable de recuperar el acceso pleno y soberano a las costas marítimas con las cuales Bolivia nació a la vida republicana.

11. Articular políticas y programas que al mismo tiempo de ratificar la plena propiedad pública del Estado sobre los recursos estratégicos (hidrocarburos, minerales, agua, tierras, bosques y activos ambientales) permitan su adecuado aprovechamiento, industrialización y comercialización y con los ingresos económicos obtenidos de esos procesos, apoyar la reinversión productiva y expandir la inversión social.

Son 11 puntos esenciales para que Bolivia construya su futuro, sin excluidos, sin venganza, sin corrupción y con profundo y verdadero respeto a las leyes de la República.

Si estos 11 puntos básicos no constituyen por si mismos un marco de acción gubernamental o carecen de igual forma de una visión ideológica que facilita la agrupación de las diversas facciones de la oposición, entonces que siga la farándula y preparémonos para la entronización caudillista y permanencia "eterna" del individuo que ahora ocupa la majestuosidad y sencillez del Palacio Quemado.

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