jueves, 9 de enero de 2014

INFLUENCIA ELECTORAL VENEZOLANA




Paul Antonio Coca
Twitter: @paulcoca

El 8 de diciembre del pasado año, se llevaron a cabo las Elecciones Municipales en Venezuela, donde la oposición unificada logra, en algunos casos, mantener sus reductos y, en otros, consigue victorias impensadas como en Barinas, ciudad ícono populista ya que allí nació Hugo Chávez.
 
Y no es un secreto para nadie que las tendencias ideológicas entre Venezuela y Bolivia hacen que el primer país otorgue una "hoja de ruta", y el segundo deba "guiarse" por la misma, en procura de mantener vigente el modelo populista.
 
La oposición venezolana ha sabido aguantar los embates oficialistas, presentándose unificadamente en las diversas elecciones, más la unidad venezolana no se gestó en base a la consigna "anti Chávez", sino en un proceso interno (para unificar a los diferentes opositores) y luego externo (para hacer partícipe del mismo al ciudadano común).
 
Así como ocurrió en aquél país, en Bolivia, en 2014, el control electoral será vital, y el mismo debe efectuarlo la oposición, ya que el sistema de votación puede ser vulnerado y el Órgano Electoral aplica la regla "lo que está en el Acta de Votación, vale y lo demás, no".
 
Además, en Venezuela se prohíbe ingresar teléfonos celulares a los recintos de votación y, por lógica, fotografiar el propio voto; lo mismo se aplicará en Bolivia para 2014. Chavistas y masistas, respectivamente, intentaron controlar las redes sociales pero no pudieron, ya que allí se realiza también el control electoral, tal como aconteció en 2011 con la Elección de las Autoridades del Órgano Judicial y Tribunal Constitucional Plurinacional.
 
Para 2014, el Gobierno ha dispuesto el incremento de aproximadamente 10.000 militares, lo cual no tiene lógica a simple vista ya que según la CPE, somos un "Estado Pacifista", pero si analizamos el último proceso electoral venezolano, vemos que los militares tuvieron injerencia en los recintos electorales, cerrando algunos y manteniendo abiertos otros por encima del horario establecido, y ello en las regiones más apartadas de los centros urbanos, tal como lo denunció la oposición en el Estado de Lara.

De igual manera, el TSE boliviano llama la atención de los partidos políticos opositores e, incluso, amenaza con darles multas económicas, pero al oficialista MAS-IPSP no le hace el mismo llamado.

Sobre la abstención, la misma es un enemigo muy fuerte para la oposición y aliado natural del oficialismo. En Venezuela, 40% de los electores no fueron a votar en señal de protesta contra el chavismo, pero ello no cuenta ya que solamente sirven los votos válidos. En nuestro país, en  el proceso judicial del 2011, el 20% de los electores (alrededor de 1.100.000 personas) se abstuvieron; y si en 2014, en señal de descontento, existiera un grueso sector de ciudadanos dispuestos a abstenerse de votar como medida de protesta contra el oficialismo, solamente se le beneficia, al igual que los que votan en blanco. Entonces, la tarea de la oposición ya no es convencer a los convencidos, es pelear doble: para que vayan a las urnas a votar, y para que ese voto sea en su favor.

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