José Pastén Burgoa
En aprestos de inscribirse, militar, simpatizar, solventar a tal o cual tienda política que pujará por encumbrar a su jefe a la silla presidencial, ciudadanos bolivianos han dejado sus quehaceres cotidianos y regulares para apostar por una mejor calidad de vida basada en "vivir del estado" siempre y cuando el triunfo los situé en algún puesto público en retribución a desvelos, caminas y arengas obsecuentes en pro de sus jefazos.
Todos tenemos el derecho a soñar, visualizar días mejores y apostar por la lotería política. Quien nos dice que por esos azares del destino terminamos en ser agregados culturales o representantes consulares….Soñar no cuesta nada. La campaña ha comenzado y se necesitan hombres y mujeres decididos, sin miedo, con poco pudor y abiertos a cumplir órdenes y contraordenes incomprensibles y cuestionadas pero en fin... Donde manda caudillo no manda el último despreciable e insignificante militante.
El "Voto Borrego" es el pronunciamiento ante las urnas por un candidato sin tomar en cuenta una serie de factores elementales. Sin usar el pienso y guiado por la obnubilación y un puestito en cualquier ministerio o cartera de estado. Bolsas de arroz, azúcar, poleras, churrasco y parrilladas, juerga pagada con banda y buri. Este hecho se acentúa más en regiones periurbanas y campesinas donde huestes políticas han llegado para prometer desarrollo, caminos, movimiento económico y facilidades para sus habitantes.
Por el momento muchos candidatos han rechazado los debates porque "es mejor entregar obras" que complicarse con la lectura numérica y la limitada facilidad en la vocalización. Y las propuestas? La idoneidad para el ejercicio del cargo?, El perfil del futuro presidente? Cómo marketean su producto? O sencillamente es mas fácil descalificar y tildar de "vende patrias", "conspiradores"?.
Y los que nuevamente están en carrera tras ser oposición? Por qué no hicieron lo que dicen cuando disfrutaban del poder? Que sucederá con aquellos y aquellas que practican el turismo político y cansados de la cotidianeidad y rutina de sus ciudades optaron por ocupar un curul cuando hasta hace poco pasaban sus tardes frente al espejo o pintándose las uñas?.
Antes de emitir el voto personalísimo debemos abstenernos de realizar el voto borrego y tasar, pesar o equilibrar la tolerancia versus la intolerancia, los derechos humanos, mito o realidad, el odio y rencor como sentimientos que priman, el síndrome de opositores, infiltrados y seres extraterrestres con afanes golpistas. Todos queremos vivir bien, es cierto, pero debemos ser mesurados, inteligentes y oportunos con sentimientos positivos en nuestros corazones y palabras de sabiduría en nuestros labios.
Cuidado con el voto borrego.
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