Los malos hábitos nunca mueren
Por Cynthia Perou G.
Estamos a las puertas de una "nueva" gestión para el Presidente Morales y sus eternos compinches. Me causa gracia imaginar a algunos masistas fanáticos y otros ingenuos, esperando algún tipo de cambio en el autodenominado "Proceso de Cambio". No se equivoquen, esta gestión de gobierno es como el Bolero de Ravel, se repite hasta la demencia.
Veremos despilfarro y estamos empezando la gestión con patada voladora con un innecesario ritual de posesión, que se asemeja más a la coronación de rey bufo. El desplome de las materias primas, perenne base de nuestra economía, nos sacudirá la resaca después del carnaval y finalmente la incertidumbre sobre el famoso precio del petróleo, nos mantendrá en ascuas los próximos meses.
El gobierno, por su parte, se encargará de lidiar con sus propios problemas: la construcción de la Casa del Pueblo, la compra de helicópteros, nuevos aviones, una central nuclear y otras frivolidades a las que lastimosamente ya nos hemos acostumbrado.
Mientras tanto, el deterioro en las infraestructuras y servicios de salud pública seguirán en caída libre, lo mismo que la calidad educativa. Seguiremos viendo a nuestros ancianos y jubilados escapando a la miseria, mineros y empleados estatales en las calles, protestando por la crisis, mientras el gobierno nos sobrevuela en helicóptero para no tener que lidiar con las demoras propias del tráfico paceño en tiempos dificiles.
El ya malogrado sistema democrático seguirá sufriendo su lento, agónico y doloroso padecimiento a manos del Órgano Electoral y en el ámbito de la justicia, la buena noticia es que todo se solucionará cuando ya no podamos elegir a los Magistrados.
Y finalmente, para no perder la costumbre y tradición que ya es prácticamente la marca registrada de Morales, seguirán las persecuciones políticas mediante la acción judicial contra los pseudo privatizadores y otros imaginarios enemigos del Estado que irán apareciendo en el largo camino que nos queda hasta el 2020.
Si miramos al horizonte, el clima se ve sombrío, tormentoso. Vientos de crisis soplan en la distancia y nos hará falta más de un paraguas y un impermeable para pasar el temporal y no creo que una docena de amautas y sahumerios puedan despejar el cielo. Vamos a coronar otra vez al mismo rey, ahora más viejo, con menos pelo pero con las mismas mañas.
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