jueves, 26 de febrero de 2009

INSTITUCIONALIDAD Y DESARROLLO

José Luis Bedregal
bedregal1825@yahoo.es

La teoría económica permite relacionar las diferencias del tamaño y la tasa de crecimiento de las economías de los países con la calidad del desarrollo político y social de los mismos. Este hecho se refleja en su institucionalidad, entendida como el conjunto de normas y organizaciones formales y no formales, promotoras o inhibidoras de las iniciativas individuales.

La creación de riqueza y de bienestar social resulta del conjunto de las acciones de interés propio de individuos privados que, estimuladas y adecuadamente reguladas, generan beneficios y nuevas oportunidades para el conjunto de una sociedad.

Según un trabajo publicado por el investigador boliviano Enrique Velasco, la forma y características que adquieren las institucionalidades de los países esbozan los diferentes enfoques y estructuras conceptuales orientadas o no hacia el fomento y la promoción de emprendimientos, así como las características de los potenciales instalados para crear riqueza entre las distintas sociedades.

Como ejemplo, este estudio señala que entre Canadá y Bolivia existe una diferencia tal que mientras los recursos e inversiones del emprendedor canadiense, una vez definida su idea de negocio y siendo ésta factible, pueden empezar a generar ingresos en pocas horas; por el contrario en Bolivia el emprendedor tiene que gastar, de inicio, más de 10 veces en términos absolutos y 200 veces más en relación con los respectivos PIB per cápita, para luego esperar semanas o meses para ser formalmente legal.

A esto se debe añadir que el emprendedor canadiense contará con estructuras que posibilitan mejores niveles de competitividad en el mediano plazo (carreteras, comunicaciones, tecnología, capital social, etc.); en tanto que el emprendedor boliviano tendrá que luchar contra un sinnúmero de obstáculos, desde los geográficos, culturales, sociales, políticos, burocráticos y otros que sería largo enunciar.

Lastimosamente, los factores señalados no son discutidos por los encargados de generar condiciones para el desarrollo: me refiero tanto a las autoridades gubernamentales, los legisladores del oficialismo y la oposición y los grupos de productores, comercializadores y prestadores de servicios.

En momentos en que concurrimos a una discusión que busca implementar la nueva carta constitucional, se hace imprescindible exigir que el debate, en lo económico, tenga este objetivo: crear las condiciones para salir de la pobreza y el subdesarrollo en el menor tiempo posible. Para ello se debe reconfigurar un Estado que permita que los actores económicos tengan seguridad y confianza sobre las circunstancias en las que realizan sus transacciones, seguridad sobre la propiedad de los bienes que se transan o la certeza del cumplimiento de los contratos que se acuerdan.

Por lo tanto, es necesario repensar nuestras instituciones públicas y privadas, para que éstas sean más complementarias, efectivas y eficientes al momento de definir y garantizar los derechos de propiedad y las transacciones entre unos y otros ¿Será mucho pedir?

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