viernes, 8 de enero de 2010

El esfuerzo hacia el desarrollo

Alberto Bonadona
abonadona2001@yahoo.es

El desarrollo económico de un pueblo, que también incluye su desarrollo social, exige una serie de sacrificios porque se pospone la satisfacción de muchas necesidades presentes para satisfacerlas en el futuro. En la tradicional teoría del desarrollo se afirma que son las presentes generaciones las que deben sacrificarse a favor de las generaciones del futuro. Sin embargo, esto ha cambiado considerablemente en la teoría y en la práctica. No es que no se requieran sacrificios hoy pero son de diferente grado de intensidad. La industrialización de Inglaterra en el siglo XIX, la de la Unión Soviética en el XX u otras sociedades que alcanzaron su industrialización en los dos últimos siglos, colocaron a grandes sectores de la población en durísimas condiciones de trabajo. Se aumentó la producción a tasas sostenidas de crecimiento a la vez que se extrajo el ahorro social de los trabajadores con "sangre y sudor y lagrimas". Ahorro, plus valor o excedente social necesarios para ensanchar la base productiva cada vez más

El connotado economista Amartya Sen, se refiere a los extenuantes esfuerzos que supusieron aquellos procesos con esas mismas palabras; "sangre, sudor y lagrimas". Esta concepción del desarrollo la contrasta con lo que ahora se puede lograr "con un poco de ayuda". Efectivamente, hoy no sólo existe el apoyo de la cooperación internacional sino que, en países atrasados y pobres como Bolivia, se pueden aprovechar los avances tecnológicos de punta sin necesidad de recorrer los mismos arduos caminos que atravesaron esas economías. Aparte, se debe posesionar a la economía en la perspectiva más positiva de la globalización, proceso que también ha logrado la vinculación de todas las economías del mundo por medio del comercio y de la alta movilidad del capital financiero internacional.

Bolivia contabiliza un 32% del presupuesto fiscal para este 2010 originado en la cooperación internacional compuesta por créditos y donaciones. Un significativo aporte para el contexto en el que hoy se desenvuelve la ayuda internacional que es más transparente y con menos ataduras de compras obligadas al país del cooperante es, por lo tanto, de mayor apoyo efectivo al desarrollo del país. De la misma manera que ahora el gobierno incluye esta ayuda debe aprovechar la tecnología y la técnica disponible en el mundo para avanzar en áreas en las que la naturaleza la hizo pródiga a Bolivia y que puede hace compita internacionalmente.

Para evitar los grandes sacrificios que confrontaron otras sociedades en el pasado para alcanzar su desarrollo, Bolivia también debe aprovechar al máximo la globalización. Esta no es sinónimo de mercado libre o de competencia salvaje. También incluye estos elementos, pero es mucho más que ellos. La globalización es la apertura a la adquisición de tecnologías apropiadas para producir más y mejor, es también la compra de captura de CO2 y de ahí la preocupación de los países desarrollados por mantener la reserva de bosques en la Amazonía, es el comercio del conocimiento en áreas que no se han desarrollado en Bolivia y que su adquisición es imprescindible para avanzar económica y socialmente. El desarrollo requiere sacrificios, no hay duda, pero el camino está más allanado que antes.

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