Zoraida Alarcón Ardaya
zoraidalarcon@yahoo.es
"Encarcelen a Manfred Reyes Villa" (no importa que sea inocente), "si, para ello, hay que cambiar las leyes lo haremos", esa fue la sentencia que el Presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales, dictó contra el candidato de PPB-CONVERGENCIA. A partir de ahí, la persecución contra el candidato opositor fue implacable, no quedándole a Manfred sino dos caminos: o entregarse y acompañando a Leopoldo constituir una oposición desde la cárcel o solicitar asilo y emprender el camino del exilio.
Carcel para José Luis Paredes; Rubén Costas; Mario Cossío; Sabina Cuellar; John Cava; Ernesto Suarez y todo aquel que represente algún peligro ideológico o político para Evo es la nueva sentencia que el gobierno ha dictado ratificando su carácter autoritario y dictatorial.
La estrategia del masismo es clara, habiendo logrado una victoria electoral, lo que queda es el aniquilamiento del enemigo y para ello utiliza los aparatos represivos del Estado: Fiscales, jueces, policía, militares... y como los aparatos ideológicos aún no los controla en su totalidad pretende aprobar la Ley Mordaza para amordazar a los medios de comunicación.
Tal el proyecto del gobierno que ha colocado para esa tarea de liquidar las libertades democráticas nada menos que a la ex defensora del pueblo Ana maría Romero de Campero y a la cabeza de la represión política al ex presidente de la Asamblea de Derechos Humanos, Sacha Llorenti. Realmente maquiavélico.
Esa es la situación política en el país y al parecer no será fácil cambiarla, por ello, es hora que la oposición política y la sociedad civil empiecen a meditar seriamente la situación y actuar responsablemente; el tiempo de la borrachera indigenista y el sueño evista podría transformarse en una horrible pesadilla para nuestra querida República de Bolivia.
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