martes, 26 de enero de 2010

REQUISITOS PARA SER PROFUGO

Dante Pino Archondo
napucopino@yahoo.es

No crean que es fácil, para nada, hay que tener méritos. El primero de ellos, es tener pensamiento propio, segundo; hay que ser ateo y tercero; hay que ser demócrata a tiempo completo.

Pensar en Bolivia se ha convertido en un peligro. Ya sea para tratar de entender esa difícil e intrincada mente del señor Presidente, sus discursos repletos de figuraciones y comparaciones que cuando uno trata de descifrarlos está expuesto a sufrir un calambre mental. Su concepto de la dignidad, por ejemplo: dignidad tiene el que es antiimperialista, el que irrespeta la justicia en todos sus ámbitos y prefiere la pachamama a respetar los derechos humanos, digno es el que siembra coca y la vende el narcotráfico, o el que planea y ejecuta enfrentamientos que tienen muertos, el que firma contratos lesivos a los intereses del Estado con el eufemismo de nacionalización y el encubre la corrupción en sus discursos de informe sobre lo que hizo, esto es tener dignidad, pensar distinto es dar el primer paso para ser un prófugo.

Si usted no cree que Evo es un dios aymara, ungido por los Mallkus y Jilakatas del altiplano, que es el elegido para convertir a lo que fue Bolivia en el Tahuantinsuyo, que sus hijos y nietos tienen que aprender primero a hablar aymara, quechua y después el castellano, que la escuela del Estado Plurinacional debe enseñar el socialismo comunitario como base de todo conocimiento y que la palabra de Evo es palabra sagrada e infalible, especialmente cuando se refiere a los oligarcas, imperialistas y prófugos de su justicia, entonces usted ha dado el segundo paso para ser calificado como prófugo.

Y si trata de poner en discusión o en duda la concepción democrática de Evo y sus esbirros caribeños, cuando nos dice que la democracia es capturar todos los poderes del Estado, para legislar y promulgar leyes, para enjuiciar y declarar sentencias preparadas de antemano a todo el que piense diferente, para calificar de delincuentes a todo aquel que no se vista con la chompa a rayas de Evo, y para usar el Presupuesto General de la Nación gastando en satélites, en aviones de lujo presidenciales, en helicópteros para ir al Chapare cada día, o si usted tiene dudas sobre la expansión de la coca y el narcotráfico, o si usted trata de hacerle preguntas sobre estos temas que no le gustan al dios aymara, habrá dado el paso final para ser un prófugo.

Como podrá colegir, cuando me puse el bolsón al hombro y decidí marchar, dejando atrás a mi esposa, mis hijos y mis nietos, a mi Illimani, mi sopa de maní y mi Strongest, mi cerveza paceña y mi fricacho no lo hice alegre ni feliz. Me fui con un nudo en la garganta, con el corazón en carne viva y con mucha bronca.

Y después de todo esto, tengo que seguir recibiendo noticias que me califican de prófugo y delincuente, tengo que soportar que algunos ciudadanos malintencionados, perversos y con el pecho lleno de odio político, me digan cuando pueden, que vaya a mi país a rendir cuentas a la justicia, que le haga frente. Como si no hubiera hecho eso, como si no hubiera estado en esa sala ófrica de la Corte Suprema de Justicia y hubiera explicado hasta el cansancio que fui Ministro de Asuntos Financieros, que estuve en el gabinete 70 días que no tuve atribuciones para administrar el enfrentamiento entre Evo y Goni y que no hay ninguna prueba que demuestre lo contrario. ¿Sirvió de algo?

No pues, no sirvió de nada. Porque por haber sido Ministro de Goni, estoy catalogado como libre pensador, ateo respecto a la divinidad de Evo y soy un peligro por creer en que la democracia es equilibrio de poderes, es libertad de expresión y tener derecho a la cultura universal. Así que por eso soy prófugo.

En todo caso a los que vendrán en los próximos meses les espero para ayudarlos a recomenzar sus vidas.

1 comentario:

  1. Carlos Teran27/1/10, 8:26

    Asi son las cosas en la casa del Dios Evo, si no piensas como el estas contra el.

    Entonces para que ir a la escuela o ir a la universidad, si tenemos que pensar como el pobre presidente y los secuases que lo adulan. Esperemos que el polpot andino no siembre de muerte como esta sembrando de coca nuestra tierra, solo se que todo tiene su fin y cuanto mas alto y rapido subes mas estrepitosa es la caida.

    Yo tambien soy profugo, estoy escapando a los bonos y la miseria dictada por el gobierno.

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