miércoles, 17 de febrero de 2010

RE: Entre el miedo y la complacencia

Mauricio Aira
mauricio.aira@comhem.se

Debo empezar confesando un pecado venial pués antes de ahora y debido a varios factores, tuve la idea de identificar al Sr. Cordero con los del régimen y la glosa sobre el artículo de Carlos Mesa que al igual que usted me apresuré a felicitar me desmienten de la idea.

Corrijo y a partir de ahora prestaré mayor atención a su producción. Dicho esto y cuando hube publicado el artículo de Mesa en uno de mis blogs recibi la pronta reacción de un imponderable amigo, líder empresarial en Cochabamba, descalificando al expresidente de quién opina debería "guardar un prudente silencio", le repliqué tan pronto fue posible que en efecto Carlos Mesa acusa al menos dos culpas reprochables. La primera haber tenido una actuación no del todo clara en todo el proceso de la sucesión presidencial, episodio histórico sobre el cual el también escritor y periodista se ha pronunciado más de una vez, pero las dudas subsisten y el segundo haber decretado "una amnistía generosa" a todos los actores de los sucesos sangrientos o mejor violentos del 2003. Otros articulistas como Dante Pino son muy severos en el juzgamiento de la medida gubernamental que liberó de culpa "al menos momentáneamente a los militares y a los sediciosos promotores de la violencia entre ellos a Evo Morales y otros dirigentes cocaleros".

En cuanto a la amnistía existe un precedente en la reciente historia Argentina donde también Alfonsin fue presionado y concedió amnistía a todos los militares de las sucesivas masacres para aplastar el movimiento cívico social aupado por el peronismo. No muchos anos más tarde al tenor de una nueva disposición gubernamental se desconoció la amnistía y los juicios prosiguieron hasta poner en la cárcel a tres juntas militares que conculcaron las libertades del pueblo argentino. Militares que están hoy en prisión, algunos cumpliendo penas de por vida.

Apelo entonces a Aula Libre para ésta aproximación a don Carlos Cordero y estimular su presencia mediática de análisis imparcial y visionario.

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