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Es el título de una hermosa película que refleja el drama de Sud Africa, en la etapa de transición del dominio blanco, que se produce en el cambio de gobierno al asumir Nelson Mandela, un africano negro, el gobierno de ese país. La obra dirigida por ese extraordinario director: Clint Eastwood y la magnífica actuación de Morgan Freeman en el papel de Mandela y de Matt Damon como François Pienaar, el capitán del equipo sudafricano de rugby. La historia está basada en el libro de John Carlin "Jugando con el enemigo", "el Juego que hizo una Nación".
Pero esta no es una crítica cinematográfica. Aquí lo que se trata es de rescatar la extraordinaria lección que nos da ese estupendo estadista llamado Nelson Mandela. Para ello es necesario un poco de Historia, dado el poco conocimiento que, en general, tenemos sobre lo que pasa en Africa. (Fuente: internet).
La historia escrita de Sudáfrica comienza con la llegada de los portugueses. En 1487 Bartolomé Díaz fue el primer europeo en alcanzar el punto más meridional de África, y lo denominó Cabo das Tormentas (Cabo de las Tormentas) debido al mal tiempo que experimentó en la región. El 6 de abril de 1652, Jan van Riebeeck estableció un puesto de avituallamiento en el cabo de Buena Esperanza para la compañía holandesa de las Indias Orientales. Durante los siglos XVII y XVIII la pequeña colonia se fue extendiendo lentamente, principalmente bajo la soberanía holandesa. .Los descubrimientos de diamantes en 1867 y el oro en 1886 animaron el crecimiento de la economía y la inmigración, intensificando la subyugación de los nativos.
Sud Africa, pasa por un proceso de pugnas entre ingleses y holandeses, finalmente convivieron y los blancos impusieron medidas segregacionistas con las poblaciones nativas, las que eran conocidas como "el apartheid". Se creó un vasto sistema jurídico y social para separar a las razas blanca y negra, con ventaja para la primera en forma de privilegios. Particularmente el derecho al voto, reservado únicamente para los blancos. El 31 de mayo de 1961, se declaró la República de Sudáfrica, separándose del Commonwealth británico. En 1989 se produjo un golpe palaciego dentro del Partido Nacional. En él, el Presidente Pieter Botha fue desplazado por Frederik De Klerk, y éste inició el desmantelamiento del apartheid.
En 1990, el líder activista negro Nelson Mandela liberado después de 27 años de prisión, logra llegar poco después a la presidencia de Sudáfrica, y desde ese puesto se dispone a construir una política de reconciliación entre la mayoría negra que fue oprimida en el Apartheid, y la minoría blanca.
Mandela fija su atención en el seleccionado sudafricano de Rugby, conocido como "los Springboks". Este equipo no pasa por una buena racha deportiva y sus fracasos se acumulan; además no cuenta con el apoyo de la población negra, que lo identifica con las instituciones del apartheid. Mandela convoca al capitán del equipo, François Pienaar, y juntos se empeñan en una cruzada por cambiar la mentalidad del pueblo sudafricano y orientarla hacia la unidad nacional. Para ello deciden que es necesario ganar la copa mundial de rugby, en la final a jugarse en el Estadio Ellis Park de Johannesburgo.
Después de un trabajo intenso, con la inspiración y atención que le pone Mandela, el que logra el apoyo de Pienaar, el presidente logra un sentido de unidad para Sudafrica, entre blancos y negros, un equipo que acumulaba derrotas, se convierte en el equipo ganador del Mundial de rugby de 1995.
La gran lección, un personaje castigado durante 27 años, dirige sus actos políticos a buscar la unidad, la reconciliación. No es un individuo lleno de odio que busca el enfrentamiento entre los dos grupos humanos enfrentados durante siglos, sino el líder que, usando algo tan simple como el deporte, logra avanzar en la reconciliación de una Nación. Por ello se reconocen en Mandela al estadista, al individuo que tiene la grandeza de perdonar.
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