Walter Nunez Rodriguez
wnunezr@hotmail.com
Una persona en el espacio AulaLibre en horas pasadas tituló “Indio contra Indio” un comentario de su autoría, haciendo referencia a las elecciones de diciembre del año en curso y asumiendo que el candidato opositor y único contra el Sr. Morales, será el Sr. Víctor Hugo Cárdenas (VHC). Sobre este comentario, deseo—con todo respeto—establecer algunas aclaraciones que me parecen pertinentes:
Primera aclaración: Las elecciones de diciembre de 2009 confrontarán dos enfoques para la construcción del país: La visión que defiende el Sr. Morales y que prioriza el odio entre bolivianos, el que convierte en política de Estado el rencor, la rabia contenidas y la venganza y que establece categorías diferenciadas de ciudadanía, la visión política que se aprovecha de la democracia pero la viola a diestra y siniestra, vs. el enfoque de VHC que privilegia la formación del ciudadano por encima de aspectos raciales y rencillas post-coloniales, la visión del país que se reconoce mestizo, originario y blanco, empero que propugna una construcción nacional sobre los aspectos que nos unen, la visión política que privilegia la democracia, la respeta y la defiende a ultranza.
Segunda aclaración: Estas elecciones venideras enfrentarán una visión retrograda en lo étnico, en lo racial, en lo político y en lo económico, que es la visión del Sr. Morales vs. el país integrado social, étnica y regionalmente y abierto al mundo para traer lo mejor y adaptarlo a nuestras condiciones sociales y económicas, que es la visión que propugna el Sr. Cárdenas.
Tercera Aclaración: Las elecciones de diciembre del 2009 enfrentarán a dos individuos muy diferentes: Uno es un caudillo bárbaro, sin formación intelectual ni ideológica, hecho en las luchas sindicales, a punta de fintas de futbolista callejero, defendiendo la vigencia de una producción cocalera que casi en su totalidad (la del Chapare) y parte la de Yungas paceños, se dirige a la producción de una droga ilegal y dañina para las sociedades, que habla hasta por lo poros sin coherencia y sin medir consecuencias, que miente, que injuria, que arremete con soberbia y torpeza a quien no piensa como el, que daña nuestra dignidad nacional arrastrándose tras las migajas de su mentor, pregonando que en la lógica revolucionaria del cambio, la mendicidad ahora es buena y bienvenida, vs. el otro candidato, que es un ciudadano formado intelectualmente, profesor universitario, ideológicamente sólido y cuyo aporte al estudio político y social del país, a partir de su profundo conocimiento real del indigenismo y de una de sus lenguas centrales, le permiten tener lecturas más integrales de la realidad nacional, una realidad que le exige equilibrio y racionalidad para, sin dejar de luchar por los intereses de su gente, tener en su horizonte la Bolivia multiétnica, diversa e imperiosamente convergente; es un ciudadano discreto, honesto, cuyos ingresos provienen de su trabajo intelectual y que yo conozca, no tiene mácula en su comportamiento público ni privado.
Cuarta Aclaración: Las elecciones de diciembre de 2009, enfrentarán dos lógicas irreconciliables una de la otra: La lógica del enfrentamiento, la lógica de la pelea, la lógica de la desintegración nacional, la lógica de la liquidación moral y hasta física del oponente, la lógica de la mentira que repetida varias veces intenta hacerse verdad que son finalmente las lógicas que defiende el Sr. Morales, vs. la lógica del dialogo sincero, la lógica de la cordura, la lógica de la búsqueda incesante de la convergencia, la lógica de respeto a las ideas del contrario que son las lógicas que defiende el Sr. Cárdenas.
Quinta Aclaración: Las elecciones de diciembre próximo, enfrentarán lamentablemente dos modelos económicos muy distintos; el primero cuyo paradigma de gestión es el rentismo, el modelo del Estado omnipresente, gordo, ineficiente, corrupto y paternalista que deja poco a la creatividad e ingenio del individuo, un modelo donde se intenta igualar a todos hacia abajo y que reparte lo que más está creando en la actualidad que es la pobreza, un modelo por el cual el Sr. Morales quiere quedarse décadas en el poder repartiendo plata y prebendas a trochi y mochi, vs. el modelo del Sr. Cárdenas que exige al individuo el esfuerzo de su trabajo, de su formación y que dimensiona una gestión pública con intervenciones inteligentes, con fuerte capacidad regulatoria para corregir las fallas del mercado, que está presente para crear condiciones para el crecimiento y la distribución del ingreso y que privilegia la creación de riqueza para distribuirla vía sistemas progresivos y racionales de impuestos.
Sexta Aclaración: Las elecciones siguientes enfrentarán a dos ciudadanos cuya prisma de colores/gustos/criterios es bastante diferente: El Sr. Morales que solo conoce dos, el blanco y el negro; el estas conmigo o eres mi enemigo, el campeón del maniquiesmo del Siglo XXVI, o eres socialista o capitalista vs. el Sr. Cárdenas que entiende que las cosas son un poco más amplias que las propias fragilidades, veleidades y vanidades del individuo y que por lo tanto, entiende que el manejo del Estado requiere dotes de equilibrista sin ser amarillo, racionalidad sin que ello signifique debilidad y mucha amplitud de espíritu y de ánimo, sin que ello signifique traición a las causas e intereses nacionales.
Séptima Aclaración: Las próximas elecciones enfrentarán a dos ciudadanos cuyo paso por el Estado estará diametralmente marcado por la calidad de sus obras o legados: Un Sr. Morales que firmando los decretos supremos para el manejo arbitrario de los recursos públicos ya establecen hoy un olor nauseabundo y un estigma de corrupción que no se lo sacan más ni bañándose con jabón de lejía vs. un Ex -Vicepresidente de la República que no tiene mancha en su gestión pública, razón por la cual no se le ha abierto proceso alguno.
Octava Aclaración: Las elecciones de fin de año enfrentarán dos ámbitos nacionales marcadamente diferenciados: El rural, anclado en las promesas de la dádiva y los regalos provenientes del actual régimen, viviendo del oportunismo que le brinda la anomia actual de Estado, aplicando normas, usos y costumbres que cada día se parecen más a la barbarie de la pre-historia y estableciendo “territorios libres” que configuran la desaparición más temprano que tarde del concepto de Estado, vs. el ámbito de la integración rural-urbana de ciudadanos que observan que la Bolivia que esperaban no existe, que cada día se ofrece menos esperanza para el crecimiento individual y colectivo, que se lamenta por haber apoyado a impostores, que es su trabajo el que alimenta a diario sus mesas y no la prebenda ni la coima ni las compras estatales, el ámbito de ciudadanos que están cansados de que su protesta democrática y legítima sea enfrentada por agitadores y delincuentes pagados por el gobierno, que están cansados porque su producción tiene la competencia desleal del creciente contrabando, que están angustiados por que la cocaína se venda en la puerta de los colegios dañando irreversiblemente a niños y jóvenes, que están tristes por que madres, padres, hermanos, hermanas, novias, novios, tíos, tengan que irse lejos para poder enviar un centavo a los que los que se quedan para que por lo menos coman algo.
Novena Aclaración: En diciembre se confrontarán dos individualidades y personalidades lejanas una de la otra: La del Sr. Morales que es anárquica, desordenada, tenaz, egocéntrica, anclada en si misma, es un sujeto convencido de su fatalidad y predestinación, muestra conductas mesiánicas, es un individuo resuelto a todo con tal de imponerse, su desapego al sentido de familia es más que proverbial, vs. la personalidad del Sr. Cárdenas, que se muestra como un hombre humilde, sencillo, que no se envanece con las prebendas del poder ni anda con caravanas de guardaespaldas, centrado en sus estudios, que sopesa sus declaraciones, amplio, extraordinariamente conocedor de sus propias debilidades, moral, amante de su familia e hijos.
Décima Aclaración: Las elecciones de diciembre no enfrentaran a dos indios. No. Las elecciones enfrentaran a dos ciudadanos que emergiendo de las mismas raíces, el uno las explota para generar conmiseración, pena y por ende, tener argumentos para su sed de venganza y resentimiento y para denostar al contrario, al mestizo, al blanco, al clase mediero, al rico, al estudiado, al profesional, etc. vs. el otro que siendo él como todos nosotros, es decir, resultado y parte de una realidad histórica inexcusable, se ha superado moral, intelectual y profesionalmente para que el indio surja próspero, ciudadano entero, ciudadano del mundo, orgulloso de sus raíces, empero abierto a conocer más, a superar las limitaciones del medio, a resistirse con argumentos a los condicionamientos y abusos del sindicalismo y comunitarismo indígena, extraviado y alcoholizado. Ni siquiera se trata de establecer con relación a ambos su condición racial, pues este es un aspecto que nos debe tener sin cuidado. Solamente observemos sus cualidades como personas humanas y su capacidad y sentido común para gobernarnos, que es lo que finalmente importa.
Efectuadas estas aclaraciones, queda clarísimo que la elección de diciembre no es entre un indio y otro indio. Es sencillamente la elección entre dos individuos distintos; el uno, que representa a una parte de la población a la cual han convencido con el falso discurso de la descolonización, les han llenado la cabeza del odio para dividir a Bolivia y que gobierna con el hígado y las hormonas y solo ofrece dádivas, caos, anarquía y más corrupción y el otro, que por primera vez en nuestra historia puede lograr que un genuino representante de las mayorías indígenas convenza también a las minorías y nos gobierne con sentido de unidad e integración y nos devuelva el carácter de ciudadanos bolivianos tal cual así, sin más apellidos que los que tenemos de nuestras familias, ni más ni menos derechos y responsabilidades que las que mandan las leyes y nuestra conciencia de mujeres y hombres libres y responsables.
Yo deseara debatir estos aspectos y ver si en la cercanía de nuestra realidad política, existe realmente algún otro posible candidato que sea una opción viable frente a la corte del espanto que hoy nos gobierna. No dudo que VHC genere dudas en muchos como así también certidumbre en otros tantos, pero esa es la naturaleza de la democracia, verdad?
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