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Cuando aflora la mediocridad en casi todas las manifestaciones de la bolivianidad, es imposible soslayar la triste noticia del fallecimento de una persona de excepción como fue MATILDE GARVÍA, primera esposa y único verdadero amor de AUGUSO CESPEDES. Ella, una de las primeras actrices del incipiente cine boliviano de los años treinta. El laureado novelista que demolió la figura del más notorio barón del estaño, con su METAL DEL DIABLO. Ella dejó este mundo a los 99 años, él a los 94. Era una pareja del jet set de la época de la post-guerra chaqueña. Curioso detalle, Matilde Garvía expiró el mismo día del cumpleaños de su marido, 6 de febrero, quizá como una ofrenda al tempestuoso amor que los unió.
Hacía años que Matilde junto a Gilka Wara radicaban en Austin, Texas y que cortaron casi toda comunicación con el pais, pero era imposible no no siguieran el acontecer de este pueblo.
Desde los añejos sauces, chilijchis y molles de Tiquipaya, pienso en esa ilustre mujer y me recojo en silencio para orar por su noble alma.
Acabo de leer la noticia del fallecimiento de la Sra. Matilde te acompaño en el sentimiento.Dále a Gilka mi pésame. Conocí y quisé mucho a tu madre desde aquellos años de la calle Bueno. Guardo un gran recuerdo de sus presentaciones artísticas en el Municipal y de los tés con gelatina, cuando ésta era aún una rara invención americana o por lo menos eso creía. Recién he regalado a mis nietos los soldaditos de plomo, deformados por los años, con los que en mi memoria te daba fuertes palizas,por lo que tu madre te aconsejaba cambiar de estrategia. Al final la construcción de tu andarivel para conectar tu departamento con el nuestro nos tomó todo el tiempo. Después de la partida de Uds. a Roma y nuestro cambio de casa la vi poco, pero cuandos nos encontrábamos en la calle teníamos largas charlas.Todavía tengo, no sé dónde, pero tengo tus cartas ´con los dibujos del viaje a Roma. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarA pesar de que no conocí a tu madre te mando un saludo y pésame por su muerte. Salvador me habló mucho de ella y la recordaba siempre. Todo mi recuerdo
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