domingo, 1 de marzo de 2009

IMPOSTURA INMORAL DEL MASISMO

Zoraida Alarcón Ardaya
zoraidalarcon@yahoo.es

Cuando l@s masistas hablan o escriben convertidos hoy en furibund@s autonomistas debemos detenernos a pensar qué es lo que quieren para asumir tamaña conversión, porque, aunque ellos crean que el pueblo no tiene memoria, nadie olvida que los masistas mataron gente en su lucha contra las autonomías (el 11 de enero en Cochabamba por ejemplo).

Entonces ¿qué estarán buscando? lo mismo de siempre, engañar al pueblo y distraer la atención. Don Fito, que ahora por cierto está perdido, quiso hacernos discutir la crisis financiera en Nueva York; siguiendo el juego a Evo Morales, otro señor intentó hacernos discutir las actividades de la CIA en Latinoamérica; y hoy quieren hacer discutir las autonomías (antes satanizadas por Evo y el MAS) con el argumento de que los Comités Cívicos y los Prefectos son los malos y querían una mala autonomía y que ahora l@s masistas convertid@s en autonomist@s buen@s nos regalarán una autonomía buena.

Patraña tras patraña. Lo que quieren l@s masistas es que se tape la realidad, ocultar que Evo Morales es la cabeza de un gobierno mafioso que explota exitosamente el narcotráfico, el contrabando, las coimas en los contratos, el tráfico de influencias, el nepotismo, la incapacidad y la total falta de gestión social y económica. L@s masistas piensan que gobernar es tener habilidades de maniobra política, capacidad de engañar, de imponer mentiras como verdades y reprimir a todo el que piense diferente.

No señor@s masistas, el pueblo no se va a distraer, ustedes (al igual que los neoliberales) han frustrado las esperanzas de un pueblo que confió en su discurso de cambio y conducta moral intachable, predicaron como fariseos virtudes que no practican. Son verdader@s impostor@s y el pueblo en forma democrática sabrá sacudirse de esta lacra masista que pasará a la historia como una reedición del melgarejismo. Ni el descomunal fraude electoral en el campo y en el exterior les va ha salvar del veredicto popular.

Atentamente

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