lunes, 7 de septiembre de 2009

El Estado Nacional Convergente (La Segunda Republica)

Boris Bernal Mansilla
boris.bernal@bolivia.com

Los principales periodos de la historia universal de la humanidad no solo se distinguen entre si por la estructura socio-económica de la sociedad y por el sistema de sus organizaciones políticas, sino también por los ideales que en ellos dominan. Cada Periodo de la historia tiene un credo ideológico.

Las ideas que ejercen influencia en los destinos de la humanidad son geniales y sencillas. En nuestros días tienen lugar en la vida de la sociedad enormes transformaciones, que abarcan las esferas de la exigencia social. El avance de la ciencia, la técnica y del desarrollo epistemológico son indiscutibles.

La tesis planteada: que nos encontramos en el ocaso de un ciclo histórico va confirmándose con mucha mas razón en estos días de embriaguez electoral, ante nosotros la muerte de una moral y lógica se hacen presentes.

Todo fin de ciclo genera vacíos y preguntas. Es normal. También las colectividades se aferran al orden antiguo, incluso si aquel era desastroso auque conocido, la incertidumbre se ha apoderado de los bolivianos, las categorías de pensamiento, las convicciones que dan certidumbres y las expectativas sobre el futuro se han ido desmoronando; y consiguientemente la desazón y el pesimismo dominan la opinión social.

No debe extrañarnos ver a todos aquellos minusválidos políticos de Izquierda y Derecha en búsqueda de espacios políticos en actitud angurrienta. Carentes de programa ideológico y político de construcción de Estado, circunscribiéndose solo a presentar escuetos programas de gobierno.

Los bolivianos parecemos estar confrontados en dos parcialidades con plena convicción religiosa. Mirar nuestra realidad y tratar de construir con una sola parcialidad nos llevó a no construir nada. Ante nosotros se presenta un panorama incierto, donde se ha desatado la confrontación regional y racial y donde campea la inseguridad de expectativas. Los políticos de viejo cuño no son creíbles y el partido de gobierno, el MAS, cada día pierde credibilidad.

¿Que hacer?

Bolivia reclama el concurso de nuevos actos. Es tiempo de abordar la realidad nacional con espíritu creador, convergente, constructivista, interdisciplinar, el cual se constituya en el pivote del nuevo pensamiento político boliviano y latinoamericano. Materializándose en un programa ideológico-político de construcción del Estado Nacional Convergente: la "Segunda República". La formación de esta concepción del mundo y nuestra realidad presupone el despojo de esos prejuicios ideológicos heredados. Para hallarnos en la descalces de nuestro ser y nuestra verdad. Sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria decía Marx; El nuevo ciclo reclama la nueva teoría y es labor de lo nuevo y naciente, de la nueva generación proyectarla, dejando morir la vieja política y moral angurrienta.

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