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A veces, cabe preguntarse si vale la responder a ciertas afirmaciones, ya concebidas, como es el visceral odio a todo lo que es indígena, que ademas tiene sintonia de racismo camuflado. Pero como dice el refrán: hay que reponer la verdad y por solo ésta vez, para dejar fluir una discución mas futurista y con visiones, de los muchos participantes de éste espacio.
Si mal la memoria no flaquea, desde que se empieza a estudiar en las escuelas, se aprendió, conoció, todo lo que significó la conquista de America, y no vale la pena entrar en detalles, pues esa conquista supuso el casi exterminio de los indígenas, que durante muchos siglos (516 años), mediante los trabajos en las minas y la servidumbre, primero bajo el jugo de los españoles, luego con los que quedarón despues de ellos, estos casi sucumbieron. Y para acotar, precisamente en las cartas de las indias se encuentra un relato conmovedor, que seguramente algunos ignoran: En su vuelta a España, Colón, llevó a varios indigenas, como muestra de su hazaña, para mostrar al rey los nuevos ejemplares de hombres existentes en el nuevo continente; solo lograrón sobrevivir el trayecto 6 de ellos, quienes fueron bautizados, siendo los "padrinos", los mismos reyes. Para conocer estos aspectos simples de la historia colonial, no es necesario doctorarse en Historia.
El significado de la llegada de un indígena a España, esta vez como reprentante de un estado, donde la mayoria son indígenas, tuvo un contenido importante, pues contuvo el cierre de una herida abierta por la crueldad del colonialismo, fué de alguna forma la reconcilición con la patria de los conquistadores. Probablemente, esa deberia ser la opinión de Vargas LLosa, que no atinó a decir, contrariamente, incendió mas las posibilidades de acercameinto entre las partes encontradas.
En cuanto a lo de Honduras, es irrelevante hablar de nombres, de lo se trata es la ruptura de la institucionalidad, que tampoco abordó Varga Llosa, apesar ahora de ser ensayista y comentador político, muy cercano a departamento de estado de EEUU y a Aznar. Estos comentarios no molestan, sino, hay que recalcarlas para saber en que terreno se mueven ciertas personalidades. Finalmente, ese odio erreconciliable contra los indígenas en Bolivia, no debe cegar el modo de ver la historia verdadera de Bolivia, que parece haberse apoderado de un sector de la población, que solo encontrará derrotas en el futuro, por no reconocer avances positivos en el actual movimiento de masas en el país. que tiende a reetructurar los viejos pensamientos conservadores.
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