domingo, 22 de noviembre de 2009

columnas de exito?

Ivan Arias Duran
ivanariasduran@hotmail.com

Como todos los seres humanos, en nosotros, están en constante pugna los valores y los antivalores; los grandes líderes que contribuyen al desarrollo de la humanidad son aquellos que lidian para que los valores no sean dominados por los antivalores. Cuando uno se pregunta cuales son los pilares del éxito de Morales, encuentra varias razones claras y oscuras de explicación. Me referiré a las oscuras. El actual régimen ha avivado en las NICOs (naciones indígenas campesinas, originarias) y NABOs (los de nación Boliviana) nuestras más débiles pilastras para alzar el palacio de su dominio.

Despotismo: el radicalismo ideológico e intolerancia política es, históricamente, el gen maligno que ha impedido e impide que construyamos una visión común de país, porque todos creemos tener LA VERDAD despreciando la del otro. Si tenemos la Verdad, mucho más si se arroga ser la de los pobres e indios excluidos, ella justifica que, cual cruzados del siglo XIV, la impongamos a punta de fraude, fuego y espada. Por ello cuando nos apoderamos de espacios de poder los usamos para acabar con las herejías/disidencias de las otras verdades e iniciamos procesos de refundación que nos hunden en una suicida espiral del eterno empezar.

Demagogia: quizá por la riqueza (maldición?) de los recursos naturales, tenemos afincada una mentalidad y practicas rentista que se expresa en nuestra voluntad que el Estado sea dueño (administrador y productor) de todos los recursos y, cual padre protector, distribuya las rentas entre sus revoltosos hijos. Para apropiarnos de la mayor cantidad de la torta todo vale, pero la efectividad de la sindicalización a ultranza y los discursos simplones/tramposos/sofistas de dirigentes que nos dicen lo que queremos escuchar y no de lo que debemos hacer son indiscutibles. La victimización (el diablo esta en los otros que nos roban, nos explotan, nos excluyen y nos empobrecen) corona la forma jónica de esta columna que nos convierte en justicieros y encarama en los espacios de poder a vengadores, antes que a gestores.

Oportunismo: A un amigo le decían:"Gobiernos pasan, Moisés queda" debido a su admirable maña de siempre estar en diferentes gobiernos y de lamer las botas, chalinas, smoking o ponchos de los jefes de turno. "Hazte el loco y serás feliz" contestaba el aludido. Dado el pobre desarrollo del sector privado, el Estado (nacional, prefectural o municipal) es el mayor empleador. Si a eso le sumamos la desinstitucionalización estatal, las empresas y oficinas públicas son el botín que usan los partidos gobernantes para comprar conciencias y adhesiones. Estadísticas demuestran que los bolivianos leemos anualmente cuatro libros y que a pesar que protestamos contra los políticos, vivimos de la política. De esa manera, la ignorancia y la politiquería son la levadura del oportunismo cuya masa utilizan los dictadores y demagogos.

Miedo: la incertidumbre, la débil autoestima,, la falta de convicciones, el autoinculpamiento y la mala conciencia son causas que provocan miedo. Si a estas razones subjetivas le sumamos, las acciones objetivas de vengadores encaramados en el poder (grupos de choque que defienden la Verdad oficial, judicialización de la política, amenazas, apresamientos sin respetar los derechos humanos, centros de fichaje, intimidaciones anónimas, despidos) el miedo se transforma en pánico que nos lleva a la resignación y asumir con orgullo el síndrome de Estocolmo como forma de justificar nuestro miedo. Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas.

Ahora bien, qué nuevo y diferente hay al frente; en los que no comulgan con este Gobierno? Pues en verdad no veo diferencias sustanciales. Y es que ya seas NICO o NABO tenemos un común denominador que es la masa de la victimización, por ello creemos que la solución está en cambiar de panadero. Sin embargo si al panadero le das masa negra, producirá pan negro. La clave del cambio está en la producción de una nueva masa (ciudadanía), que lleve el gen de valores contrapuestos a los que ahora son la esencia de la propuesta política. Alguien (tù-yo-nosotros) tiene que despertar y fomentar otro tipo de valores si de verdad queremos salir del círculo vicioso y construir una patria unida, progresista, orgullosa y admirada (no compadecida) por el mundo.

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