jueves, 26 de noviembre de 2009

LA ALIANZA ABIERTA DEL M.A.S. CON LA DERECHA

fernando davila pinilla
davilapinillafernando@gmail.com

Hasta hace algún tiempo atrás los MASista se esforzaron por presentar su enfrentamiento con la derecha burguesa atrincherada en los Comités Cívicos y en las Prefecturas de la "Media Luna" (que tuvieron en la Unión Juvenil Cruceñista, en los "Jóvenes por la Democracia" y la "Juventud K´ochala" a su principal fuerza de choque) como una confrontación entre revolución y contrarrevolución, entre fascismo y la política "revolucionaria" supuestamente encarnada en las acciones del gobierno "popular" de Evo. No pocos ingenuos, se tragaron la píldora y creyeron que la obligación de los revolucionarios, que si bien deberían denunciar la política reformista del MAS, dados los ataques de la derecha fascista, era, sobre todas las cosas, la de aplicar la táctica del "frente único", vale decir apoyar al MAS contra la derecha. Algunos llegaron al extremo de señalar que para evitar el aislamiento lo recomendable era hacer "entrismo" al MAS para organizar desde su seno a las masas radicales dispuestas a "empujar" el "proceso de cambio" mas allá de los limites que la dirección proburguesa del MAS estaría dispuesta a ir.

Mas temprano que tarde, el desarrollo de los acontecimientos se ha encargado de desnudar el profundo error (por no usar un adjetivo de mas grueso calibre y seguramente mas apropiado) de estos "revolucionarios".

Los datos: El MAS decide, aplicar como táctica lectoral una política "inclusiva" con la clara intención de incorporar al "procesos de cambio" a la derecha, los empresarios y las capas derechizadas de la clase media. La primera manifestación ruidosa y cínica de esta táctica fue la repugnante alianza con la UJC. No es que antes no hubieron acuerdos con la derecha sobre temas fundamentales para la burguesía, los latifundista y el imperialismo. Señales fundamentales enviadas para convencer a la burguesía y a las transnacionales que nada tienen que temer del gobierno del MAS que es un devoto defensor de la propiedad privada burguesa.

Logrado el objetivo, los masistas sintieron las manos libres para acentuar su apertura hacia la derecha y en ese camino galopan entusiasta y aceleradamente con su política "inclusiva".

En la UMSS, para las elecciones al Centro de estudiantes de Sociología hacen un acuerdo con los hasta ayer enemigos suyos que enfrentaron garrote en mano a los campesinos el 11 de enero del 2008; un devoto manfredita de la actual FUL se ha quejado recientemente de que los masistas se han hecho del control de la FUL en acuerdo con los de la "Juventud K'ochala" con quienes comparten el "objetivo" de posibilitar la aplicación de los planes antiautonomistas de la llamada "reestructuración" que el gobierno pretende imponer a las Universidades Públicas.

Es mas que seguro que estas acciones de franca y descarada actuación conjunta de los masistas con la derecha se repiten a lo largo y ancho del país. Estos bastardos acuerdos, tiene como finalidad enfrentar y cerrar el paso al avance de lo que ambos consideran su principal amenaza: la política revolucionaria del proletariado que encuentra oídos atentos en las capas de las masas descontentas que van rompiendo sus ilusiones en la impostura del "proceso de cambio" masista. Es interesante constatar, como, los temperamentos totalitarios, abusivos y prepotentes de los burócratas sindicales, de los indigenistas impostores y postmodernos y de los fachos matones se encuentran, congenian, complementan y ensamblan a plenitud en el caldo de cultivo común de la ignorancia reciproca. Una medida de la degeneración de la política, de la barbarie, de la decadencia de los tiempos de hundimiento del capitalismo en crisis y descomposición.

Los "revolucionarios" de la táctica del "frente único" o del "entrismo", no comprendieron que la verdadera polarización entre revolución y contrarrevolución, se da cuando el proletariado con su política revolucionaria, encabezando a la nación oprimida se ponen en pie para acabar con la gran propiedad privada burguesa (tanto en el campo como en la ciudad), no sólo en los discursos sino como amenaza palpable, inmediata y real para la burguesía y es ahí cuando la contrarrevolución debe recurrir a sus armas mas extremas. Ausente el proletariado como dirección de las masas y las masas ganadas por las ilusiones del reformismo masista, la "disputa" de estos con la derecha tradicional, fue y sigue siendo una disputa en el campo de la política burguesa en torno a quien es el mejor administrador de los interese generales de la clase dominante y quien se lleva el pedazo mas grande de la torta del Estado. En esa pelea, los masistas le han ganado a la derecha, que entusiasta se viene sumando al carro del "proceso de cambio" que no cambia nada mas que el bolsillo de los allegados al aparato del Estado.

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