martes, 1 de diciembre de 2009

El voto silencioso

Hernán Zeballos
hernanzeballos@yahoo.com

El Domingo 6 tenemos una cita con la Democracia, es un momento histórico que, definirá en gran medida la forma en que se implementa el nuevo diseño institucional de nuestra ex República, ahora convertida en 36 naciones, por ello ese acto simple como es el votar implica una enorme responsabilidad para cada uno de nosotros como ciudadanos.

Las encuestas parecen señalar que habrá un ganador seguro, resultado de la multimillonaria campaña apoyada por los presupuestos de la instituciones públicas -y otros fondos que provienen de fuera-- que nos han estado bombardeando con los "extraordinarios" logros de los últimos 4 años: parece que hemos logrado cero analfabetismo, una tasa de crecimiento única en el continente como resultado de una gestión impecable del Ministerio de Hacienda y del Banco Central de Bolivia, que nos tienen reatados a una tasa de cambio fijo contra el dólar "enemigo", aunque se perjudican nuestras exportaciones.

Se nos informa que los municipios han recibido generosas donaciones, en cheques de libre disponibilidad, para poner de verde las decenas de canchas con gramado sintético, para mejorar las escuelas, los servicios de provisión de agua potable, de polifuncionales, etc. etc.

Se nos informa que los bonos se han multiplicado, en beneficio de los menos privilegiados de la sociedad, de los niños, de las madres gestantes, generando una carga sobre los ingresos del TGN de imprevisibles consecuencias para el futuro, unida a generar una actitud de rentismo o de limosneros que el papá Estado puede multiplicar los panes, o la renta del gas, sobra la base de una política que reproduce por siempre el modelo de exportador primario ya que hoy podemos vivir del gas y mañana será del litio, aunque crecen de manera exorbitante las importaciones de combustibles líquidos.

Se nos informa que, a corto plazo, las plantas industriales como PAPELBOL, CARTON BOL, las procesadoras de leche y BOA, generarán empleo y bonanza para miles de bolivianos, jurando de que no se repetirá la experiencia desastrosa de la anterior COMIBOL que culminó con un proceso hiperinflacionario que significó hambre, angustia y una incertidumbre a la cual se le puso fin con un D.S. maldecido por mucho tiempo pero que, sigue vigente en sus líneas maestras de política financiera.

Se nos informa que así como fluye el dinero del país bolivariano para respaldar los programas oficiales y permitir los viajes ilimitados de los helicópteros en beneficio de una presencia oficial por todo el territorio nacional, desde las 6 de la mañana hasta el final del día, ahora viene el dinero de la exPersia por miles de millones de dólares para invertir en minería, industria, desarrollo petroquímico, y hospitales, donde el único requisito es convertir a sus funcionarios en discípulos del Islam -con velo femenino incluido-.

Pero, los resultados del padrón biométrico señalan que se tienen 24% de pobladores rurales y el 76% restante corresponde al ámbito urbano, ¿será que una mayoría urbana, una parte de la cual ya es invitada a sendas cenas y almuerzos en hoteles de 5 Estrellas para encandilarlos con el futuro paraíso se adhiere plenamente a este modelo que puede ser un espejismo transitorio? O por precaución reserva su opinión para expresarse en un voto silencioso en las ánforas? Esa incógnita se resolverá el domingo, esperemos que para el bien del país.

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