viernes, 15 de enero de 2010

HA ITI: DETRAS DE LOS ESCOMBROS

Alejo Cespedes
alejo.cespedes@hotmail.com

Mientras ciertos curas andan propalando la estupidez de que Dios castigo al pobre pueblo haitiano con ese terrible terremoto, por su legendario pacto con el diablo, mediante el vudu, los golpeados por todas las calamidades que han caido sobre ellos en las ultimas decadas, deambulan entre cadaveres sin saber si esa marcha macabra es una pesadilla mas.

Sin embargo, no son pocos los que fetejan el derrumbe del Palacio Presidencial como una premonicion del fin del antiguo regimen y del advenimiento de un nuevo orden de cosas. Cayo ese palacete, cueva de los Duvalier y del fraile Aristide y siguiendo la tradicion supersticiosa de sus antepasados, se cree en el preludio de una Revolucion que por fin se ocupe de restaurar un Estado que ya se considera fallido.

El arribo de los primeros cinco mil marines norteamericanos no alegra a los haitianos. Porque hubiera sido mas atinado de enviar gente calificada en resolver los conflictos emergentes de la catastrofe. La poblacion civil teme una ocupacion prolongada de su pais.

Curiosamente, los paises miembros de la ALBA, fueron los menos solidarios. Quiza ese desden sea atribuido al rechazo del Presidente Rene Preval, a la incitacion de unirse a la ALBA. Preval, no necesita discursos si no cooperacion efectiva.

Los corruptos de siempre, ya se frotan las manos en Puerto Principe pensando medrar en los contratos para la reconstruccion del pais. Trsite es la condicion humana de las victimas y de sus supuestos redentores.

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