LA PAZ: CONSTRUYENDO UNIDAD

Omar Rocha Rojo
rocharojo@gmail.com
http://elmontculo.wordpress.com

Todos quienes participamos del proceso electoral de diciembre y dimos la cara enfrentando al oficialismo, conocido el resultado asumimos con sinceridad, autocrítica y sensibilidad la nueva y dura realidad del escenario político nacional, comprendiendo desde luego las razones que llevaron a muchos bolivianos y bolivianas, de distintos sectores, regiones, grupos sociales, diferentes edades y hasta las propias clases medias altas y acomodadas a pronunciarse a favor del "proceso de cambio", sin la cual no habrían alcanzado a configurar ese 63 % contundente que obtuvo el candidato oficialista.

Respetuosos de las reglas de la democracia y sin cuestionamiento alguno, aceptamos esta realidad, sobre todo el pronunciamiento del soberano, a pesar de las diferencias económicas de la campaña, una evidente confusión de los actores opositores en el proceso electoral, el derroche de los recursos públicos, el uso y abuso de los bienes del Estado etc. Considerábamos cierta la posibilidad de una victoria oficialista, básicamente por el curso de los acontecimientos políticos que vivimos en Bolivia, sin embargo no creíamos jamás un resultado tan contundente como el que todos conocemos, situación que no solo no era previsible, sino que causo un terrible impacto en cada uno de nosotros, del cual por supuesto nos venimos recuperando y que en todo caso nos sirve a las fuerzas democráticas del país y a todos los ciudadanos y ciudadanas para reflexionar con profundidad y realismo sobre nuestro país y evitar de esta forma caer en un estado de desanimo y desmoralización colectiva.

De igual forma esta reflexión nos llevo a constatar que el resultado electoral en la ciudad de La Paz señala que el 38 % de la población no voto por el oficialismo, repitiendo de modo consecuente el resultado del Referéndum del 25 de enero (60 % SI – 40% NO) demostrando en tal sentido que existe un enorme grupo de paceños y paceñas que no aceptan las políticas excluyentes, totalitarias, antidemocráticas del Gobierno y de su aliado incondicional como es el Movimiento Sin Miedo, constituyéndose en consecuencia en la base para renovar y oxigenar nuestros liderazgos, proyectar nuevas ideas e iniciar procesos estratégicos de unidad de las fuerzas democráticas con la garantía de nuestros principios democráticos y la fortaleza de nuestras convicciones que nos ha mantenido hasta hoy luchando por un mejor país y por el respeto y ejercicio efectivo de nuestros derechos ciudadanos.

Cuando ensoberbecidos por la victoria de diciembre y coadyuvados por el argumento de analistas y detractores respecto de una "oposición diezmada y derrotada", el Gobierno se ha propuesto erigir una sociedad a imagen y semejanza de su proyecto totalitario, donde los vencedores tienen todo el poder para imponer sus obsoletas y retrogradas políticas, donde los "vencidos" deben someterse a esos designios. Todo esto ha comenzado con el mensaje de los reelectos mandatarios la semana pasada, cuyo enfoque de dominación aymara se impondrá sobre el resto de los bolivianos a titulo o so pretexto de Estado Plurinacional, para ello se enterraron los símbolos patrios en franco desconocimiento de toda la historia republicana del país y se anuncio firmemente conducir a Bolivia a un modelo de "socialismo comunitario" que nadie entiende, tornándose en consecuencia altamente peligroso para la vulneración de los derechos de todos los bolivianos y bolivianas; sumada a esta novísima experiencia se tiene la decisión de restringir la libertad de expresión con el argumento de regular los medios de comunicación emulando la política de censura del régimen chavista con el único propósito de silenciar la libre y plural información y acallar a quienes piensan diferente del régimen.

Por ello fortalecer la oposición, construir la unidad de las fuerzas democráticas, no solo es un desafío político de la coyuntura electoral, sino que representa una necesidad para la democracia boliviana y una garantía para el respeto de los derechos de todos los ciudadanos y ciudadanas que habitan nuestra patria. Siendo conscientes que el escenario político no solo es adverso, sino sumamente difícil, no solo en relación al oficialismo totalitario sino internamente por cuanto trabajar la unidad real de las fuerzas democráticas de la oposición es un desafío altamente complejo por la naturaleza de las posiciones y los intereses, sin embargo y sin el animo de ser exitistas consideramos que este proceso será positivo y tendrá los resultados que esperamos por el nivel de compromiso que las fuerzas democráticas de oposición tienen con el país y su reconocimiento expreso de que solo la UNIDAD ES LA UNICA OPCION de éxito y triunfo en el futuro.

Este proceso de unidad reconoce autocríticamente que estos últimos años las fuerzas de oposición nunca se plantearon como objetivos la discusión y articulación de posiciones nacionales, limitándose a reductos en ciertas regiones con marcado enfoque localista cuyos resultados fueron proyectos de unidad para la participación en procesos electorales – referéndums, elecciones , totalmente inconsistentes e insostenibles, hoy sin embargo, se ha superado esta visión cortoplacista con la generación de un escenario de unidad y la fijación de objetivos de corto, mediano y largo plazo, desde la participación conjunta en las elecciones de Abril para lograr una victoria electoral, hasta el diseño de metas políticas de construcción de la unidad del futuro.

La base filosófica e ideológica del proyecto de dominación y totalitario del MAS es nacional, hegemónico, excluyente y desintegrador, mereciendo ello una respuesta también nacional, pero incluyente, contra hegemónica, integradora pero total y absolutamente democrática, en ese orden, se torna esperanzador este proceso de UNIDAD por que se asume conscientemente este desafío, con el tiempo suficiente, cuya base territorial de construcción es el departamento y municipio de LA PAZ por la importancia e incidencia en el padrón de votantes que representa más del 35 % del total nacional y donde el proyecto totalitario del Gobierno tiene su fortín más importante de todo el país.