martes, 16 de noviembre de 2010

Seguridad Alimentaria

Marco Antonio Navarro
marcoantonionav@gmail.com

Escasez e incremento en los precios de productos de la canasta familiar son temas cotidianos en el país, el agio y la especulación acompañan dicho proceso recesivo por las dificultades en la provisión de alimentos.

La seguridad alimentaria es indispensable en la economía mundial y un país como Bolivia no puede quedar en la zaga en cuanto a mejorar la calidad de vida de sus habitantes, quienes fungen como autoridades tienen la responsabilidad de prever las condiciones bajo las cuales los ciudadanos puedan acceder a los alimentos considerados como indispensables en la dieta diaria.

El talón de Aquiles del gobierno de Evo Morales es no apuntalar y apoyar a los sectores productivos, la escasez de azúcar no sólo es por la baja producción de caña, sino porque se generaron discrepancias entre los productores de materia prima y los propietarios de las factorías, una muestra clara es la exportación de caña de Bermejo hacia la Argentina.

Aparejados a los fenómenos naturales viene la falta de incentivos a los productores, los campesinos ya no pueden acceder a líneas de financiamiento adecuadas y menos se puede hablar de fomentar la ampliación de áreas cultivables.

Existe una notoria diferencia entre los productores de oleaginosas en el oriente del país y los pequeños agricultores en el occidente y el sur, donde el minifundio no permite el despegue definitivo de sectores dedicados a la siembra de productos tradicionales.

Las autoridades gubernamentales creen que con la creación de EMAPA solucionaron el problema alimentario y al intentar bajar los precios de algunos productos, lo único que generan es mayor especulación y el ocultamiento de los alimentos indispensables.

Vivir de subvenciones no parará la crisis económica y lo mejor es atender a los sectores productivos dotándoles de medios suficientes a efecto de incrementar las siembras, esto significa construir canales de riego, darles fertilizantes y semillas, atención fitosanitaria constante y la protección adecuada contra los fenómenos naturales.

La falta de líquido elemento ocasiona pérdidas cuantiosas a los ganaderos y agricultores, la cosecha de agua en tiempo de lluvia es imperiosa con el objetivo principal de no tener dificultades en la época de invierno, tales acciones pueden ser encaradas por el gobierno y así evitar, en lo futuro, la falta de alimentos.

Nadie conoce cuál es inversión gubernamental en el sector del agro, las dificultades existentes obligan a volcar mayor atención en la agricultura y ganadería, donde no sólo aparezcan como responsables los gobernadores de los 9 departamentos, sino se convierta en política de Estado atender las demandas de quienes luchan contra las adversidades a efecto de dotarnos a los bolivianos del alimento diario.

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