viernes, 13 de enero de 2012

¿POR QUÉ EL CINCO POR CIENTO?

Armando Méndez Morales
amendezmo@yahoo.es

Se ha generado un interesante debate, entre economistas, sobre las causas del crecimiento coyuntural de la economía boliviana del orden del cinco por ciento durante el año 2011, a partir de la explicación contable que ha dado el gobierno. Es algo muy difundido entre los economistas el supuesto de que incrementos de la demanda agregada impulsan respuestas en igual sentido por el lado del aparato productivo de un país. La demanda agregada se la puede separar en dos, la demanda interna y la demanda externa; es decir, compras que realizan los estantes y habitantes de un país y compras que el mundo hace a un país. Según los datos que ha difundido el gobierno, el crecimiento de la demanda interna para el año 2011 es mucho mayor al pequeño crecimiento de la demanda externa (exportaciones), de lo que se deduce que el motor para el crecimiento puntual del cinco por ciento ha sido la demanda interna y no la externa.

Con los datos contables procesados y suministrados por el gobierno que ha registrado la prensa la explicación es correcta. Lamentablemente quienes hacemos análisis económico no contamos con los datos oficiales del comportamiento del PIB trimestral para el año 2011. En la página web del Instituto Nacional de Estadística sólo se encuentran los datos hasta el año 2010.

Sin embargo, es importante destacar que las cuentas nacionales cuando se publican son provisionales, lo que se comprueba tiempo después cuando salen las definitivas y ahí muchas veces se ven modificaciones importantes. Por este motivo, los datos procesados se los debe considerar simples aproximaciones a la realidad, debiendo verse más la tendencia que el dato puntual. Interesa aún menos los datos de variación con "dos decimales".

De las cuentas nacionales sobre el producto bruto interno en términos reales para el periodo 2000-2010, se pueden obtener las siguientes conclusiones:

1) En el periodo 2000-2006 el crecimiento de la demanda externa superaba el crecimiento de la demanda interna, por lo que se puede concluir que en dicho tiempo lo que estaba dinamizando la economía, o con mayor precisión la que estaba reactivando la economía luego de la crisis del año 1999, fue el sector exportador. Precisamente es el tiempo en que se comienza a exportar gas al Brasil.

2) En los tres primeros años del periodo 2007-2010, se observa que la tendencia anterior cambia y ahora el crecimiento de la demanda interna es mayor que el de la demanda externa, con excepción del año 2010 en que crece más lo externo que lo interno. Según la información gubernamental para el año 2011 también la expansión de la demanda interna es mucho mayor que la externa. El resultado actual es que las exportaciones, en términos reales, se estancaron, algo que no es para enorgullecerse. Esto hay que destacar negativamente. Durante el gobierno de Evo Morales se ha estancado el volumen de exportaciones, sin embargo aumentó significativamente el ingreso por exportaciones. Las exportaciones alcanzaron valores nunca antes visto y esto se debe a los buenos precios internacionales de lo que Bolivia exporta, es decir, gas y minerales.

3) Mientras para el año 2007 la demanda interna representó el 64 por ciento del total de la demanda para el año 2010 sube al 69, en desmedro de las exportaciones.

4) Lo que no se ve en estos datos es que el crecimiento de la demanda interna ha sido sólo posible porque simultáneamente se incrementaron de manera significativa las importaciones. La pregunta es con que se logró financiar y satisfacer esta demanda interna creciente de bienes y servicios. La respuesta es con los recursos que generaron las exportaciones. Una economía con una industria débil y poco diversificada, que no produce bienes de capital, insumos industriales, equipos de transporte, ni suficientes combustibles ni suficientes alimentos, satisface su demanda interna con crecientes importaciones, las mismas que se financian con la venta de gas y de minerales.

5) El peligro para una economía tan débil como la boliviana, tan dependiente del exterior, elegir una "estrategia de desarrollo" basada en la expansión de la demanda interna es que si no está acompañada por igual dinámica de sus exportaciones es insostenible en el largo plazo, porque no puede financiar una "demanda interna siempre creciente". Esta forma de enfocar el desarrollo, para muchos de nosotros ya es cuento conocido. Es lo que se hacía en Bolivia hasta antes del año 1985.

Una evaluación con los números muertos de las cuentas nacionales es absolutamente insuficiente para entender el complejo proceso del crecimiento económico.

La bonanza de Bolivia del año 2011, y de estos años, se debe a lo que acertadamente Mauricio Medinaceli califica como el resultado del "proyecto de exportación de gas al Brasil", que comenzó a formularse en 1974 y a operar en 1999, veinticinco años después. Los frutos de este gran proyecto se vieron tenuemente en los primeros años del siglo XXI, lo que explica que la demanda externa sea lo determinante en la recuperación de la demanda agregada de ese periodo. Sus frutos máximos se dan precisamente durante el gobierno del Presidente Morales, tiempo en el cual ya no aumenta el volumen de exportación de gas al Brasil por lo que ya no crece la demanda externa, pero se mantiene, crecimiento que es sustituido por el de la demanda interna, pero financiados con los ingresos provenientes del gas. Los generosos pagos que recibimos por la exportación del gas explican la abundancia de recursos con que cuenta el gobierno central, departamental y municipal para financiar el gasto público, tanto gasto corriente como de inversión, con el que los bolivianos nos beneficiamos. Sin la exportación de gas el año 2011 no hubiésemos exportado nueve mil millones de dólares sino, en el mejor de los casos, solamente cinco mil. Y tampoco hubiésemos podido importar 7.700 millones que han dinamizado la actividad económica nacional, ni alcanzar los ya famosos doce mil millones de dólares de reservas internacionales. El gobierno de Morales se adueñó de algo que costó a los bolivianos 25 años hacerse realidad.

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