martes, 10 de enero de 2012

Ultrajes al Dr. J.A. Morales ¿Por qué?

Rolando Morales Anaya
rolando@entelnet.bo

Pronto se cumplirán tres meses que el Dr. Juan Antonio Morales se encuentra en detención domiciliaria por haber recibido su sueldo como Presidente del Banco Central dividido en dos partes, como miles de otros funcionarios lo hicieron y al parecer continúan haciéndolo. ¿Por qué las autoridades se empecinan en molestar y ultrajar a uno de los ciudadanos más probos y de mayor prestigio que tiene Bolivia? ¿Qué ganan? Aparentemente, sólo pierden. Conocida la detención del Dr. Morales, miles de personas dentro y fuera del país se solidarizaron con él (ver, por ejemplo, http://www.ipetitions.com/petition/jamorales/), doce presidentes y expresidentes de los Bancos Centrales de América Latina escribieron una carta al Presidente Evo Morales mostrando su solidaridad con el Dr. Juan Antonio Morales. Personalidades influyentes del mundo entero hicieron lo mismo. Representantes diplomáticos y de organismos internacionales manifestaron al Gobierno de Bolivia su preocupación por esta detención que sólo perjudica la imagen de Bolivia. Se publicaron artículos sobre su detención en la prensa nacional e internacional, todos mostrando gran respeto y abundando en elogios sobre su persona.

Consultados algunos ministros y altas autoridades de Gobierno sobre las razones de este ensañamiento contra el Dr. Morales, respondieron enfáticamente que ellos, así como el Gabinete en su conjunto, eran ajenos a lo que estaba ocurriendo. Algunos mostraron buena voluntad para tratar de informarse sobre la(s) persona(s) que estuvieran detrás de este embrollo pero no tuvieron éxito, pues nadie sabe quién dio la orden de detención y por qué. Sin embargo, en ocasión de cada audiencia están presentes personeros del Gobierno. Al parecer, algunas altas autoridades no quieren informar a sus pares sobre lo que hacen y por qué lo hacen por lo que se puede presumir que nuevamente Bolivia se encuentra ante una situación donde personas inescrupulosas toman decisiones que perjudican al país y que no tienen valor para asumirlas.

Sin duda, hay gente de muy buena voluntad en el Gobierno para arreglar este asunto. Son personas que leen la prensa nacional e internacional y saben que este abuso contra el Dr. Morales perjudica la imagen de Bolivia, pero cabe lamentar que no se pueda incluir en esta apreciación a todas las autoridades pues todo hace pensar que muchas de ellas se mantienen impermeables a la información y a la lectura de su propia correspondencia, pues, hasta donde se sabe, ninguno de los reclamos internacionales a favor del Dr. Morales recibió respuesta.

Por seis veces consecutivas, el Juez que debía otorgar el permiso para que el Dr. Morales continuara dando clases en la Universidad Católica no quiso asumir responsabilidad alguna por lo que buscó la salida poco decorosa de suspender las audiencias con pretextos fútiles. Se puede presumir que el Juez tiene miedo de algo o de alguien, ¿de quién será?, posiblemente de algún fantasma pues entre los vivos nadie reconoce estar involucrado en esta maraña.

El Dr. Morales recibe continuamente invitaciones para dar cátedra en prestigiosas universidades y asistir a seminarios, talleres coloquios en el exterior, pero amante de su terruño y consecuente con su deseo de servir a la patria, ha mantenido su lugar de residencia permanente en Bolivia. Acaba de ser invitado a dictar un curso en la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, ¿será que lo dejaran ir? â€" No hacerlo, daña la imagen de Bolivia, pues aparecemos en el exterior como un país de bárbaros que no sabemos apreciar el conocimiento y a las personas que lo cultivan.

1 comentario:

  1. Hernán Zeballos10/1/12, 18:42

    Estimado Rolando:

    Lo que tú expresas en esta nota es totalmente cierto. Claramente, hay una tendencia a una actitud represiva insólita, además, en este caso
    contra una personalidad de extraordinario prestigio.

    Con los nuevos "alkamaris" electos en el sistema judicial, la cosa va a empeorar.

    Mi solidaridad con Juan Antonio.

    ResponderEliminar