¿Donde está la República?
Lavive Yañez Simon.
Justicia!!!!, reclaman los integrantes del Movimiento al Socialismo por la gresca que se armo entre éstos y los representantes del partido de Percy Fernandez, por el territorio electoral.
Vaya desfachatez, pedir justicia sin autoridad. Vergüenza ajena, que los mayores violadores de los derechos humanos pidan justicia cuando reservan las libertades para los obsecuentes elegidos y, demandan violación a sus derechos a quienes están sobreviviendo en un sistema opresor y desigual, un sistema que ellos manejan al antojo de sus intereses. Cabe reflexionar que la desigualdad es una preocupación central en la perspectiva de la libertad, esa que se niega a otros y se exige para ellos, cuando sus intereses son afectados. La palabra es un derecho ganado por las personas virtuosas, lejos está de ser una virtud del poder.
Y así estamos, atrapados en la vorágine de la hipocresía y la doble moral que se ha institucionalizado en la política. Promesas de desarrollo técnico económico, falacia en un país donde no existe libertad plena, cuando es esta, el objetivo primario del desarrollo. ¿Como medir el desarrollo sin tomar en cuenta el estilo de vida de las personas y sus libertades reales?. No se puede seguir en el error de limitar el concepto de
desarrollo al crecimiento de objetos inanimados de conveniencia como la ausente industrialización o el progreso tecnológico, porque, si bien son importantes, no tienen valor cuando no afectan en forma directa y positiva en la vida y libertades de los bolivianos. En pleno siglo XXI, en la era globalizada, seguimos aún, reclamando derechos básicos como la salud, la educación, y el respeto a la dignidad humana que debieran ser el resultado natural de un sistema democrático real.
Justícia! piden los opresores y contradictoriamente niegan las oportunidades económicas, las libertades políticas, las facilidades sociales y las condiciones habilitantes de una buena salud, educación básica, capacidades reales, derechos que influencian en las personas para que estas puedan alcanzar los logros deseados; ¿no es acaso la justicia una "categoría social genérica que afirma el derecho de cada uno a que le sea reconocido lo suyo o las consecuencias de su comportamiento"?, ¿acaso quienes reclaman justicia tienen la virtud personal para que les sea reconocida esta categoría?.
La justicia no puede estar en manos de gente que no tiene autoridad moral para administrarla. Justicia debe implantar el pueblo con el voto y parar esta ola de abusos y escarnio a la dignidad humana que ejercen quienes tienen el control total de los poderes del Estado, de tus poderes, esos que están llamados a velar por el respeto de tus libertades, esos poderes que deben obedecer al pueblo y no a los políticos de turno y los intereses partidarios de los ambiciosos grupos del caudillismo nacional. Esos poderes están hoy amordazados, gracias al apoyo absoluto de los dos tercios que el pueblo les otorgó a los gobernante de turno quienes contradictoriamente viven vociferando y reclamando justicia cuando el poder judicial es un instrumento de la maquinaria de exterminio de la dignidad humana, una maquinaria que aparentemente nos alivió la pobreza económica pero profundizo la miseria humana.
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