Muy bueno. Felicidades Susy.
Gary
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Sent: Thursday, October 15, 2015 1:17 PM
Subject: [Aula Libre] Artículo
"No lloren"… "No roben"
Susana Seleme Antelo
Santa Cruz de la Sierra, 12 de octubre 2015
Ese podría ser el resumen de la pasada sesión de la Asamblea Legislativa boliviana -27 de agosto 2015- donde se aprobó la reforma constitucional para una inconstitucional re-re-reelección del binomio Evo Morales-Álvaro García Linera. Aquel día, la oposición protestaba y el oficialismo, soberbio, orondo y autosuficiente con sus 2/3 de votos, gritaba "no lloren", mientras los minoritarios opositores respondían, "no roben".
Razones le sobraban a Giovanni Sartori, cuando sentenció que
"…la corrupción política ha alcanzado ya el punto crítico de corromper la actividad política misma". En otras palabras, se ha vuelto patológica por la suspensión política de la ética y de la ética política.
"…la corrupción política ha alcanzado ya el punto crítico de corromper la actividad política misma". En otras palabras, se ha vuelto patológica por la suspensión política de la ética y de la ética política.
El binomio de marras ya lleva 10 años en el ejercicio del poder, merced a tres elecciones: 2005 y 2009, las únicas legales; 2014 inconstitucional, y pretende quedarse 15 años más con re-re-relecciones en 2019 y 2025. En total, 25 años siempre y cuando no opten por la reelección indefinida, que no es lo mismo, pero es igual. En todo caso, se trata de prácticas siempre antidemocráticas, autoritarias con impulsos totalitarios, ejemplo de máxima corrupción: robar el alma democrática a una sociedad.
¿A eso, a un "no lloren, no roben" ha quedado reducido el espacio político por excelencia que fue el Congreso de la República como una organización donde los asuntos públicos eran posesión y dominio de los ciudadanos, plurales e iguales entre sí, a través de sus representantes políticos? Espacio donde falencias más, falencias menos y apremiado por el desgaste de la democracia representativa, primaba el pluralismo, se pensaba, se discutía, se dialogaba, se expresaban ideas y proyectos, se peleaba democráticamente, y a pesar de las contradicciones se llegaba a acuerdos, compromisos y consensos por el bien común y el respeto a la institucionalidad democrática. Ese es el meollo de la política.
Hoy, el Estado Plurinacional –o mejor pluribochornos- ha desterrado esa práctica, pues nada se discute, nada se dialoga, todo se impone a las buenas o las malas, bajo una impostura electorera, revestida de democracia. El binomio en cuestión y sus acólitos han reducido lo que era la política en democracia, a la antipolítica que también es política, solo que permite a otros actores sociales, al margen de los representantes político-partidarios, actuar como parte del sistema de partidos políticos, bajo el título de movimientos sociales. En Bolivia, amparados por el binomio re-re-reeleccionista, encubren a dictaduras y actores de poderes fácticos, como los cocaleros, algunos gremiales, corporativistas, contrabandistas y otros afines ilegales y delictivos, las más de las veces violentos, bajo el imperativo de inclusión social.
Y lo recuerdo a 33 años de la recuperación democrática, el 10 de octubre de 1982, luego de 18 años de dictaduras militares y golpes de Estado con el costo de muchas vidas . Hoy, el sustantivo democracia ha sufrido un vaciamiento semántico, es decir ha perdido su significado original y su repetición banal ha llegado a desvirtuar sus contenidos. Vale decir, la democracia en Bolivia ya no es la organización política del Estado con independencia de poderes, con una justica decente, a pesar de sus tropezones; con alternabilidad en el poder político, y unas elecciones libres y transparentes de los gobernantes, que otorgaba al ciudadano respeto a sus derechos humanos fundamentales, políticos, civiles, económicos, sociales, etnoculturales y otros.
El actual bloque oficialista, que ha acumulado la riqueza generada en estos 10 años, desde el Estado, no conoce límites para su reproducción en el poder político. Claro que la nueva burguesía boliviana neoliberal como otras, no ha reproducido su consciencia de clase porque nuca la tuvo, y se quedó en la economía extractivista primario exportadora, comercial o intermediaria. ¿Será que la plata atrae a la plata, como dice el refrán popular? Quieren eternizarse en el poder para seguir usufructuando de la acumulación ilícita de la riqueza que pertenece a la sociedad boliviana. Y también para impedir que se los investigue a fondo, en el marco del derecho y la justicia que le han negado a sus opositores, por causas múltiples y fraguadas.
Pareciera que Bolivia se aleja más de los términos democráticos en los que debiera darse la transición de un gobierno a otro, en elecciones limpias, sin manipulación de votos, ni millonarias campañas con dineros públicos, o con los del Fondo Indígena.
Desterrada la justicia, ¿qué son los reinos sino grandes latrocinios?" preguntaba San Agustín (354-430 DC). Tantos siglos después, aplicada la cita al contexto boliviano actual, no de reinos sino de gobiernos impostores, estamos más que de acuerdo con el santo de Hipona. Y es que este régimen disfrazado de demócrata ha ido de la impostura, al asalto de la cosa pública vía la corrupción; del latrocino, al abismo de la impunidad por la indecente manipulación de la justicia, y de ahí a la humillación de la sociedad a la que pretende gobernar, o más bien des-gobierna. Por eso tenemos derecho a llorar, pero también a pelear para que no sigan robando, entre otros desmanes antidemocráticos.
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Enviado por: Gary Prado <gaprados@yahoo.com>
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