Carlos Meleán Hamburgo Alemania
La calancha... la Zapata...
No hay más complot que la calancha o será la Calancha, pero bueno como las neuronas sufren amnesia es mejor verla calancha a la Zapata y obvio que es un complot de los de la derecha, porque sólo ellos saben que cuando alguien se desnuda hace caer a gobiernos, ya que así se demuestra que los que nos gobiernan son también humanos con esas necesidades banales como comer, beber, kgar, estar calanchos con las clanachas y hacer esas cosas que obviamente no dejan tres muertos y una justicia oculta que no encuentra su significado o razón de existir.
La calancha... la Zapata...
No hay más complot que la calancha o será la Calancha, pero bueno como las neuronas sufren amnesia es mejor verla calancha a la Zapata y obvio que es un complot de los de la derecha, porque sólo ellos saben que cuando alguien se desnuda hace caer a gobiernos, ya que así se demuestra que los que nos gobiernan son también humanos con esas necesidades banales como comer, beber, kgar, estar calanchos con las clanachas y hacer esas cosas que obviamente no dejan tres muertos y una justicia oculta que no encuentra su significado o razón de existir.
Esta Zapata tan joven y viva, con esa mentalidad empresarial que no conoce límites, claro y ahí vuelven a caer todos esos que hasta dan sus celulares para demostrar que no la conocen y ahora resulta que todos la conocen a la calancha a esa mujer de las perras... o quizas no, porque no todas las que se desnudan son perras y bueno vaya uno a entender porque llamar perras a las mujeres... a esas mujeres que nos parieron a nosotros los machos, los hijos del sol, porque algún rato todas también estuvieron calanchas, claro no en La Calancha porque esos eran otros tiempos otras morales otros los criminales.
Las mujeres son un regalo del cielo, y claron si vienen de nuestras costillas, las bandidas, las coquetas, las menores de edad... que solamente en otros continentes son cazadas o será casadas o tal vez kagadas, pero como son del sexo débil pues ni mierdas ahí están como objeto para que el sujeto las posea y sean parte de su inventario y hagan lo que se les dice que hagan a cambio de ciertos regalos que luego cubren su calanchera, como un puestito bien puesto o como un pedazo de piel de algún animal que quedó calancho o quizás con unos brillantes no tan brillantes, pero en fin hasta los de plástico les dan valor... aunque viendo las cosas tal cual son, la belleza humana no necesita de adornos... pero al verlas así tan calanchas aparece la moral la ética... las sombras del pasado
Y nada raro sería que aparezcan los inquisitores con esas sus cruces inmensas para quemarlas asi calanchas, pero como los inquisitores se volvieron flojos, pues mandan a su justicia o a sus servicios de inteligencia a tomarlas presas a meterlas a la cana, o a veces a buscar la confrontación como en La Calancha y si hay muertos pues joder eso pasa cuando se confrontan los machos, esos machos que son machos hasta antes de verlas calanchas a todas la Zapatas de estas tierras...
Y ahora resulta que la democracia es muy liberal y mejor sería si hubiera toque de queda así las calanchas se quedarían en casa, pero y qué hacer con las redes, esas redes que día a dia 24 por 7 están ahí para repartir las verdades, las medias verdades, las menos verdades y las calanchas, esas calanchas que se vuelven virales, así como un resfrío o unas varicelas y como no hay antibióticos para un virus pues a sacar el bate y darles en su madre, porque una mujer aplanada ya no se mostrará calancha y como nuestra justicia tiene demencia senil, pues anda ahí alojada en un manicomio lejos de esta realidad, y todos pueden hacer lo que les venga en gana.
Y si sirve de algo pues habrá que hablarles a nuestras hijas y a nuestros hijos sobre el redentor y eso tres veces al día, como la medicina, antes del desayuno, antes del almuerzo y una vez antes de entrar al sobre y cuidadito de pensar en las calanchas o pensar en ser una calancha, porque eso es un pecado... un pecado mortal que nos llevará directo al infierno al infierno que tratamos de descolonizar, porque ese infierno es un invento de los españoles y por ese infierno nos bautizaron para dejar de estar calanchos y ponernos pelucas, armaduras, zapatos, abarcas y poncho rojos...
La calancha... la Zapata... La Calancha y la Zapata vaya enredo de palabras y piel desnuda.
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