Maldigo la soberbia del régimen
Jenny Ybarnegaray Ortiz
La Paz, 4 de mayo de 2016
A diez días de la llegada a La Paz de la caravana de personas con discapacidades diversas, tan diversas como las huellas que deja la vida en cada cuerpo, siguen aquí, resistiendo, demandando algo tan simple como racional: que el presidente les reciba, les escuche, les dé la mano. Pero el presidente tiene una agenda "muy importante" por cumplir, no tiene tiempo ni disposición de ánimo para recibirles.
Su ministro de la presidencia, el "astuto estratega" del régimen, tiene "ideas brillantes" y acciones denigrantes. Junto al albacea del tesoro general de la nación, el ministro de finanzas, ya se ha reunido y concertado un acuerdo espurio dizque "cuidando la economía del país", con un sector de personas con discapacidades, afines al régimen, les han ofrecido el oro y el moro, todo menos la renta que demandan quienes marcharon con tanto sacrificio desde Cochabamba hasta La Paz.
Cuando partió la marcha, yo no estaba de acuerdo con su pedido; pero, en la medida que se fue acercando a esta ciudad, entendí la lógica de su demanda: "más vale pájaro en mano que cien volando". Cualquier beneficio que ofrece el régimen está reservado para sus acólitos, para quienes les juran apoyo incondicional, para quienes portan el carné azul, para quienes no tienen otra opción que arrodillarse a los pies del magnífico quien, además, asume y presume la posición de benefactor, como si el dinero del que se dispone fuese de su propiedad privada.
Mi amiga Mónica Aparicio, se ha dado a la tarea de investigar y me ha pasado un cuadro, una simple suma de todas las "inversiones" que ha realizado el régimen o que tiene comprometidas para el futuro inmediato. La suma es astronómica, alcanza a USD 8.863.438.274. Y como si fuese poco, proyectan gastar, en el marco de la "Agenda Patriótica 2025" en los próximos nueve o diez años, "como 48.000 millones de dólares y si a esto sumamos unos 12.000 millones de inversión extranjera directa, groso modo estamos hablando como de 60.000 millones en total o 6.000 millones por año"[1]. Es decir, estas cifras crean la imagen de que Bolivia goza de un periodo de bonanza extraordinario y que, según el régimen, se sostendrá por los siguientes diez años.
Analizando las inversiones, queda claro que la mayoría de ellas son "políticas" (como ellos gustan calificar a cualquier acción ciudadana de reclamo). Inversiones que tienen el propósito de generar el efecto "voto a favor", aunque nadie se las pidió ni resulten indispensables, aunque los precios sean exorbitantes y nadie sepa a ciencia cierta si todo el dinero es invertido en las obras ni cuánto se destina a "apropiación privada de recursos públicos". Algunas de ellas son francamente insultantes a las condiciones de vida de la mayoría de la gente de este país, por ejemplo, saber que están gastando USD 119.761.306 en edificios públicos que tienen la utilidad exclusiva de ofrecer comodidad a la burocracia, suena como sopapo en la cara, peor aun cuando quienes lo reciben son las personas más pobres entre los pobres, quienes necesitan lo básico para sobrevivir.
He ido al atrio de San Francisco y al campamento instalado en la calle Indaburo, he conversado con algunas personas, he compartido unas mandarinas refrescantes. Me he encontrado con un señor que sufrió un accidente de tren, tiene amputados los dos brazos y una pierna, además tiene paraplejia, necesita una lavadora de ropa, para no molestar a sus vecinos con esta tarea. Pasear la vista por ahí, lacera el alma, madres con hijas e hijos que sufren parálisis cerebral, hombres y mujeres con mutilaciones, sordomudos que se expresan con señas y te hacen sentir la fuerza de sus convicciones. Como dice el propio Evo "no puedo entender" su indolencia, su soberbia. El régimen está enjaulado dentro de las rejas que impiden el paso de la gente a la Plaza Murillo, resguardado por contingentes policiales que tienen la tarea de reprimir a quien ose intentar traspasarlas. ¡¡Es el teatro del absurdo!! Frente a la respuesta del régimen ¿a quién encomendarse?, ¿quién podría tener la capacidad de doblegar al poder?
Cuando llegó a La Paz la VIII Marcha Indígena que demandaba parar la construcción de la carretera a través del TIPNIS, no les quedó más alternativa que dejarles pasar, la IX marcha no ingreso al espacio simbólico del poder. Cuando vinieron los potosinos, tampoco. Ya han probado su táctica, les funciona y la aplican sin reparos: "divide y vencerás". ¡¡Qué lejos estamos de 2006, del momento en que se inauguró el "proceso de cambio", la "revolución democrática y cultural"!! De ello ya no queda ni la sombra, sólo palabras huecas, mentiras, engaños, indolencia, desamor.
El 21 de febrero pasado, el pueblo les cobró la factura, con un rotundo NO a la modificación de la CPE, por la que pretendían abrir la posibilidad de re-postular al mismo binomio cuando concluya su mandato en 2019. La respuesta del régimen fue un berrinche descomunal. No se resignan al veredicto popular, y en vez de ocuparse de la gestión andan ideando la forma de rehuirlo. El vicepresidente anda en campaña, maldiciendo a la clase media que lo parió y de la cual es parte, le guste o no le guste, y por donde va deja el mensaje implícito "si no es por las buenas, será por las malas". Tan a las malas que este primero de mayo no tuvieron mejor idea que levantar la prohibición de portar dinamita y agentes explosivos en las manifestaciones, para dar carta blanca a sus correligionarios toda vez que alguien se les pare por delante para reclamarles algo.
Así nos vamos por el despeñadero, mientras que la gente común y corriente, peor aún las personas con discapacidades diversas, sólo procuran superar el día a día, inventar alegrías, conservar el más básico de sus dones cual es la vida, aunque sea profundamente desgraciada ¡es su vida y a ella tienen derecho!
¡¡Malditos sean!! Y que la vida les cobre con creces lo que hoy están haciendo.
Jenny Ybarnegaray
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