jueves, 26 de marzo de 2009

Obama y la educación

Walter Reynaga Vasquez
reynagavw@yahoo.es

Obama dijo: "A los buenos profesores se los recompensará con más dinero por mejorar los resultados de los estudiantes y se les pedirá que asuman mayores responsabilidades para mejorar sus escuelas. Si a un profesor al que se le dan una oportunidad, o dos, o tres, sigue sin mejorar, no hay excusas para que esa persona siga educando. Rechazo un sistema que recompense el fracaso". Clarísimo. Lo dijo el pasado 10 de marzo en un extenso discurso sobre el futuro de la educación ante la cámara hispana de comercio.

Si Obama considera que la educación en EE.UU., la primera potencia económica y política del mundo, está en malas condiciones, ¿qué podremos decir nosotros los bolivianos del nivel de nuestro sistema educativo?

Si allá las cosas están mal, se diría que las cosas aquí están pior. Quizás, lo mismo que en economía, como el más pobre de América del Sur.. Dicen que a simple vista se ve que la educación en el país va cuesta abajo, Reforma tras Reforma. Pero, quizas nunca fue mejor --que bueno sería que entidades como PIEB, CERES, CEDLA, CIPCA, CIDEBENI, ILDIS... incluyeran entre sus temas estratégicos de investigación una evaluación del nivel de educación que alcanzan nuestros jóvenes, ya que el Ministerio no lo ha de hacer--. Con todo, o a pesar de todo, se puede afirmar que el nivel de la intelectualidad boliviana (no hablemos ya de científicos), salvo quizás Franz Tamayo en cuanto a su poesía (porque del resto de su obra es mejor olvidarse), nunca tuvo muy mejores perfiles. Y, claro, qué más podría producir una sociedad feudal colonialista en un país marginal y desfasado de la historía. Y qué, de un país que engrana el sistema feudal de expoliación con un sistema de corrupción que hace presa de la economía nacionalizada. Hace un par de días, casualmente, leí el decreto de Nacionalización de Minas del gobierno revolucionario de Víctor Paz Estenssoro, cuyos considerandos, en su temática, dan evidencia del pobre nivel de comprensión de la realidad social y la economía, de sus redactores. Impresionante, y eso firmo el hombre más notable del siglo XX. Cierto que mejor no es la redacción y la temática de nuestra actual CPE, y eso que fue redactada con asesores extranjeros. Dos documentos, que dicen del bajo nivel de educación de nuestras elites y del peor de nuestras masas sociales.

Pero, que tal si en Bolivia se aplicara la recomendación que hace Obama para mejorar la educación de su país --que ciertamente está lejos del nivel alcanzado por Hong Kong, Singapur, Finlandia, Japón... y con mucho menor costo. Esto es, pagar a los profesores según su rendimiento. Volviendo a asumir la lógica natural de toda actividad productiva, ligando la obtebnción del producto a las virtudes del esfuerzo productivo. Dando a cada cual según su aporte. Sería bueno. Claro que sería bueno.

La gran cuestión, para el éxito o fracaso de este modo de hacer las cosas, está en: quién hace la evaluación que habrá de dar a cada cual lo que le corresponde. Obama se propone hacer esto, poniendo en la función evaluadora al aparato administrativo fiscal. Bueno, tal vez le resulte. Aunque estamos viendo, en los orígenes de la crisis financiera de su país, que la burocracia también dejan mucho que desear. Aún así es posible que la medida le salga bien, supuesta la tradición democrática del gobierno norteamericano.

Si esa es la posibilidad en EE.UU., aquí, las cosas puden ser muy distintas. Tal como se está viendo, y como ha sucedido ya antes en casos similares. Como en los planes de institucionalización de cargos. Donde el tráfico de influencias y venta de oportunidades han dominado el escenario y sus resultados, dándo majores oportunidades y sueldos a los menos aptos. Si en Bolivia se decidiera pagar sueldos a los profesores según su rendimiento, y se dejará la evaluación del trabajo y rendimiento en manos de los burócratas del Ministerio de Educación (y las Juntas Escolares), el resultado no sería otro que una frustración más. Como ocurre y ocurrirá con las reformas educativas que ponen a los políticos y burócratas como actores principales del sistema educativo.

La única forma de que las evaluaciones se acerquen a la objetividad y permitan dar a cada cual según su aporte, es la de la competencia en el mercado. Porque en este escenario, entran en juego las voluntades directas de las personas involucradas en la educación: la del padre de familia y de cada educador. El uno contratando y comprando los servicios educativos (que puede ser hecho con recursos cedidos por el estado) y los otros ofreciendo y vendiendo sus servicios en competencia. Ofertando lo mejor de su trabajo y a precios aceptables, porque de esto dependería la mejora de sus ingresos. No perdamos de vista que la competencia racionaliza la conducta de las personas y las impulsa hacia el mejoramiento de sus capacidades productivas. A modo de ejemplo, si los transportistas no logran aumentar las tarifas del transporte es porque sus sindicatos no han logrado someter a la competencia, al remate de los pasajes, como se dice en el ambiente. Porque de depender sólo del Superintendente, las cosas serían distintas, ya hace años que esta autoridad aprobó una substancial subida de precios, que no pudo imponer. La moraleja está a la vista.

Los bolivianos necesitamos de una radical reforma educativa. De otro modo no podremos salir adelante. Y la humanidad en desarrollo, por el empuje y logros crecientes de la ciencia y la tecnología, nos orillarán a condición de país de lástima, objeto de cuidado y limosna crecientes.

Es el pobre nivel educativo de nuestro pueblo, el factor que ha permitido, sostenido y sostiene en el poder a elites oligárquicas ignorantes, derechistas como izquierdistas.

1 comentario:

  1. Lo dijo, y ahora despide aun un monton de profesores, que creer no

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