jueves, 12 de marzo de 2009

Si el Presidente Morales y el MAS…

Guillermo Capobianco Ribera
memocapobianco@gmail.com

Si hubieran sido capaces de percibir los contenidos del “momento estelar “ que vivió Bolivia en diciembre de 2005, cuando Evo Morales ganó la consulta electoral con más del 50% de la población votante, no hubiesen desperdiciado el tiempo, los recursos y el empeño en hacer todo lo contrario de lo que la comunidad internacional y los propios bolivianos esperaban.

¡El país hoy está más dividido que nunca!

Si hubieran sido capaces de interpretar correctamente la realidad de entonces, de que los cambios estructurales en este tiempo se hacen respetando la democracia, los derechos humanos y la identidad cultural de pueblos y naciones, hoy no estaríamos viviendo un proceso de desintegración con la proclama de “territorios libres”.

¡El riesgo de la desintegración es cada día más patente!

Si hubieran sido capaces de asumir que la lucha armada y la violencia revolucionaria de los años sesenta fue sustituida por la lucha de las ideas y de las propuestas para ganar el voto conciente de la población, no estaríamos ahora al borde de una confrontación civil en la medida en que se han cerrado las puertas del diálogo entre regiones.

El odio racial, la lucha de clases y el enfrentamiento regional nos acercan cada día más a una confrontación violenta.

Si hubieran sido capaces de asumir el determinismo geográfico de que Bolivia es un país enclaustrado pero, por la misma razón, con una vecindad de amigos con cuyos pueblos y gobiernos hubiésemos podido emprender políticas de integración, no estaríamos ahora en la soledad dependiente de una potencia lejana –Venezuela- al servicio de una estrategia pretendidamente hegemónica como es la del socialismo del siglo 21 que alienta desde Caracas el Presidente Hugo Chávez Frías.

Bolivia, en el centro de Sudamérica, en vez de ser síntesis territorial, social y democrática es ahora una extensión dependiente de las políticas expansionistas de Venezuela

Si hubieran sido capaces de avizorar los cambios drásticos que se están produciendo en materia de precios del crudo; cambio de gobierno en la primera potencia mundial y la magnitud de la crisis del sistema financiero, no estaríamos ahora subvencionando artificialmente la economía nacional.

Llegará el momento en que será imposible sostener por más tiempo el precio actual del dólar estadounidense que alimenta economías externas.

Si hubieran sido capaces de incorporar el proceso de la “revolución productiva” en el oriente, sostenida por más de medio siglo con la inmigración andina y el trabajo de cambas, collas, chapacos y campesinos originarios, no estaríamos alimentando como ahora una separación artificial de “afectos” con toda una generación de “cambas collas” que aman la tierra que acogió generosamente a sus progenitores y les brindó oportunidades de trabajo, progreso y bienestar.

Desconocer el proceso de mestizaje de medio siglo entre cambas y collas en el Oriente del país es tratar de apagar un fuego que no podrá ya extinguirse jamás.

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