lunes, 11 de mayo de 2009

Salida al mar...

Roberto Laserna
laserna_r@yahoo.com

En la novela Guerrilleros (una salida al mar para Bolivia), del argentino Rubén Mira, se plantea el mordaz absurdo de un túnel oceánico que comunica directamente La Cancha con el mar. En una de las últimas escenas de la novela, que está llena de gestos de irreverencia frenética y desopilante, el guerrillero perfecto se desplaza por el túnel a gran velocidad mientras recuerda y olvida La Higuera, Aragarañaz, el Chino, la lluvia de cocaína y las cloacas de La Cancha... y aparece más tarde, escupiendo borbotones de agua salada.

Es una de las novelas más extrañas que he leído y me costaría mucho recomendarla. Pero es también el resultado de una mirada incisiva y profunda de alguien que al mismo tiempo ama y sufre Bolivia.


Rubén Mira empezó a escribir esta novela en Bolivia, mientras recorría el país con ojos de turista aventurero, y la publicó por primera vez en 1994.

El es ahora el guionista de La Nelly, una ácida tira cómica del diario Clarín de Buenos Aires, cuyo personaje principal es una señora de clase media que frecuentemente sufre las críticas de su conciencia más lúcida, encarnada en una boliviana que vende verduras en la calle. La tira es un humor irónico y corrosivo, recomendable y saludable para toda sociedad. Un diplomático boliviano carente de la inteligencia que necesita el buen humor presentó una vez queja formal al Clarín por la ofensiva utilización de la protagonista boliviana en aquella tira cómica, contribuyendo a expandir las carcajadas fuera de las páginas de caricatura del periódico.

Los arquitectos chilenos que proponen el túnel oceánico han llevado al extremo la idea de un autor en plenitud alucinatoria, jugando a replicar con seriedad el absurdo, para que la prensa boliviana se la tome con más seriedad todavía y le dedique artículos, entrevistas y debates.

A este paso ya no se necesitará imaginación en Bolivia, bastará registrar la realidad para escribir las novelas más inverosímiles.


Porque estando las cosas como están, ya no me sorprendería que el próximo 6 de agosto, sin licitación ni concurso, por considerarla una obra estratégica, se inauguren las obras del túnel oceánico, que permitiría completar "la ejecución presupuestaria", que tanto obsesiona a presidente, prefectos y alcaldes, garantizándoles su reelección, que los obsesiona mucho más.

Bitácora para el diálogo:
http://laserna.wordpress.com

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