miércoles, 6 de mayo de 2009

SER CONSERVADOR

Armando Méndez Morales
amendezmo@yahoo.es

Si usted cree en el romance de las relaciones amorosas y en el compromiso de pareja, en la paternidad responsable, en la unión de la familia, en Dios, en la especial consideración a las mujeres, a los niños, a los inválidos y a los ancianos, usted es un conservador.

Si es prudente a la hora de gastar y tiene la ambición de ser alguien en la vida, como fruto de sus propios esfuerzos, en cumplimento de la ley de y de las buenas costumbres y la moral, sin esperar que el Estado tenga la obligación de apoyarlo directamente, usted es un conservador.

Si usted tiene gusto por el aprendizaje y la cultura, la buena música, la buena voz al cantar, el buen comportamiento intelectual, el refinamiento del lenguaje, la dedicación a la literatura, la admiración por el talento ya sea científico, empresarial, artístico, deportivo, es un conservador.

Si usted es orgulloso por la buena apariencia exterior, el buen vestir, la cortesía al conducir un vehículo, en el respeto y la tolerancia a los demás, y en el cumplimiento de la ley, usted es conservador.

Si se emociona con la bandera de su país, lleva el patriotismo como un sentimiento de agradecimiento al suelo que le vio nacer, si rechaza la vulgaridad y la grosería, usted es un conservador.

Si a usted le disgusta la frivolidad y la hipocresía de los intelectuales que creen poseer toda la verdad, que rechazan los principios morales en la actividad política, que hablan en favor de los pobres, pero que son los primeros en enriquecerse cuando llegan al gobierno, usted es un conservador.

Si cree que no debe haber principio de autoridad, que el profesor vale igual que el alumno, que no se deben poner malas calificaciones a los estudiantes para no traumatizarlos, que la victima cuenta menos que el delincuente, usted no es un conservador.

Si usted cree que todos los hombres tienen el derecho de gozar de la vida, sólo con derechos y no con obligaciones, que no es importante la escuela de la excelencia ni del civismo, que no importa la ética ni los escrúpulos, usted no es conservador.

Si cree que hay rehabilitar la cultura del trabajo, que debe existir el orden en toda sociedad, que cuando hay instituciones los vándalos son malos y los policías buenos, que el delincuente es el culpable y no así la sociedad, usted es un conservador.

Si usted defiende el transporte público pero nunca lo usa, habla mucho en favor de la escuela pública pero envía a sus hijos a colegios privadas, busca la intervención del Estado para ayudar a desarrollar sus negocios, usted no es un conservador.

Si usted ha renunciado al mérito y al esfuerzo personal, postula y alimenta el conflicto y la lucha social, proclama la revolución y no cree en la república, no es un conservador, pero sí es de izquierda.

Si usted plantea que se deben retornar a los valores del respeto, del orden, de la educación, de la cultura y de las obligaciones, antes que de los derechos, la sociedad le requiere.


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