miércoles, 20 de mayo de 2009

Vergonzosa conducta gubernamental

Walter Nunez Rodriguez
wnunezr@hotmail.com

Amigos:

El 25 de mayo próximo se celebran los 200 años del primer grito libertario de las Américas, el mismo que dió inicio a más de tres lustros del proceso emancipador que finalmente nos apartó política y administrativamente de España, aunque los lazos culturales y amistosos hayan quedado naturalmente establecidos hasta hoy, pese a quien le pese y guste a quien le guste.

Posteriormente a este movimiento gestado en la Culta Charcas se sucedieron otros a lo largo y ancho de la América Meridional y entre éstos, indudablemente ocupa un lugar importante, por lo menos para nosotros los bolivianos, se encuentra la gesta de Julio de 1809 encabezada por Pedro Domingo Murillo y otros patriotas.

He expectado con azoramiento y mucha pena, la discusión/pelea que ha surgido en los últimos tres años y medio entre chuquisaqueños y paceños disputándose la paternidad de lo que se ha dado en llamar con toda propiedad el Primer Grito Libertario de las Américas. Esta discusión que a mi juicio es la demostración más inequívoca que en Bolivia nos peleamos por tonterías, ha reducido la significancia de ambos hechos históricos a una pelea motivada por rencillas políticas, a una inquina que se incita desde la Alcaldía paceña y por supuesto, altamente motivada/apoyada/auspiciada por la inconducta de los actuales gobernantes, a su vez aupando a sus obsecuentes e inconmovibles aliados del MSM.

Es realmente penoso observar que nunca antes de este glorioso Bicentenario, la discusión alcanzó los decibeles más grandes a los cuales puede llegar la estupidez humana, hasta el extremo de poner en duda hechos y realidades históricamente incuestionables. Reconozco que a esta discusión bizantina y sin sentido contribuyó la demanda legítima de Sucre por recuperar su condición plena de Capital de la República. Y de ahí....pues vinieron muchos a pescar en aguas revueltas.

Volviendo a lo que ha sido la historia, jamás creo yo, salvo circunstancias muy extremas que es posible se hayan dado en nuestra azarosa vida republicana, Presidente alguno del país ha dejado de asistir a los actos del 25 de Mayo. Esto es inconcebible, muchop más en una fecha de alto contenido simbólico como es celebrar el asunto en cuestión en sus 200 años de ocurrencia.

Jamás en la historia de las familias buenas, un padre inteligente, sensible, racional, equilibrado, amante de sus hijos, bondadoso y comprensivo, ecuánime, ha podido dejar de asistir al cumpleaños de uno de sus vástagos o de celebrar juntos alguno de sus logros. El padre o la madre siempre serán más inteligentes emocionalmente hablando que los propios hijos. Uno es padre o madre para aceptar las rebledías del hijo e intentar enderezar su comportamiento. Uno es padre o madre para comprender las motivaciones del hijo y apoyarlo. Uno es padre o madre para conversar con el hijo y siempre intentar, pese a todo, el dialogo y la orientación. Uno es padre o madre también para aprender de los hijos y así conocerlos mejor. Uno es padre o madre para incentivarlos a crecer, a mejorar y jamás para hacerles daño o herirlos.

Habiendo efectuado esta analogía entre lo que es un padre y sus hijos con lo que es un Primer Mandatario con las regiones de la República que este gobierna, podemos comprender la magnitud de la ignorancia que caracteriza al Sr. Morales y de todos quienes lo rodean, cuando acudiendo a argumentos falaces, injustos, de naturaleza cercana a la estupidez o rayando la ineptitud mental y política, indican que no se asistirá a los actos del Bicentenario del Primer Grito Libertario de la Américas. Nada menos que a semejante acto, simbólico sin duda, pero progenitor de todo lo bueno o malo que hoy día somos como país, como Estado, como República. Al respecto de la analogía, es posible que siendo que ningno de los dos mandatarios del país han constituido y formado un hogar cercano a la normalidad que nos mandan las costumbres o la propia sociedad, uno pueda comprender el porque de tanto desdén hacia las regiones/hijos que conforman nuestro hogar/patria.

Yo pasé los años más hermosos de mi adolescencia en la ciudad de Sucre, sirviendo a la patria como soldado/cadete del Liceo Militar "Tte. Edmundo Andrade Reyes Ortiz" y en esa época llegué a querer entrañablemente a su gente, a pasear feliz por sus hermosas e históricas calles, a contemplar y admirar sus majestuosos y dignos edificios, a viajar por los valles vecinos, a bañarme en las aguas calidas de Ñucchu, a divertirme en Yotala, a visitar Tarabuco en el marco de su lindísima fiesta folklorica, a caer al Río Kirpinchaka en nuestros cumpleaños o cruzándolo en nuestras maniobras militares de orden abierto, para finalmente llegar a impregnarme y comprenetrarme con la cultura sucrense que se desprende de estar, de vivir y compartir con los chuquisaqueños, llegando hasta hoy a tener entrañables recuerdos y aún más, queridas amistades.

Junto a otros compañeros del Liceo Militar participe de un concurso histórico que justamente versó sobre el contexto, hechos, importancia y relevancia del Grito Libertario del 25 de Mayo de 1809 y más allá de haber logrado el primer puesto entre varios otros colegios de esta querida ciudad, las enseñanzas adquiridas en las lecturas del concurso marcarón nuestras vidas como buenos soldados y lo que es más, como mejores ciudadanos.

Que hoy políticamente se quiera discutir a Sucre ese suceso o disminuirle su importancia solamente para reforzar una alianza política o pretender con ello ganar unos cuantos votitos más, es lo más vergonzoso e inadmisible que pueda venir de un gobernante o de un gobierno que se dice de TODOS LOS BOLIVIANOS.

Comprendan estimados amigos del AulaLibre que esta es justamente las actitudes que pintan a Don Evo Morales y a sus colaboradores: La venganza, la ignorancia hecha cosa pública, la falsedad y las poses demagógicas.

Ni quiero referirme a quienes con una soltura y desverguenza de antología se han puesto a explicar la razón o razones por las cuales Don Evo no participará de los actos oficiales del 25 de Mayo en Sucre.

Verguenza, verguenza y más verguenza.

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