domingo, 28 de junio de 2009

ALGODÓN DE AZUCAR

Carlos Hugo Laruta Bustillos
chlaruta@hotmail.com

Se pensó que la nueva relación diplomática a establecer luego de ganar los demócratas el Gobierno en Estados Unidos facilitaría la renovación del ATPDEA. Al parecer no existe disposición en algunos actores nacionales para una lucha concertada contra la producción de cocaína. Recientemente, la ONU señaló un gran aumento en la cantidad de coca producida (de la cual gran parte va hacia la cocaína), mostrando la dura realidad del tema que es clave para la renovación del ATPDEA.

Hace algunos meses, el gobierno boliviano facilitó a algunos empresarios el pago de impuestos de ingreso a EE.UU. y vínculos con mercados de Venezuela y otros países. Esto no es sostenible, pues incluso parece que cierto país compró una cantidad de textiles hace varios meses una sola vez y no ha terminado de pagarlo. Aparte de ello, Brasil y Argentina protegen sus propios productos y no comprarán mucho de lo nuestro.

Y son 4 los departamentos que pierden más al no poder exportar a EE.UU: La Paz, Cochabamba, Oruro y Beni. La lista de los productos afectados incluye varias prendas de algodón, lana, pelo fino y otras fibras: abrigos y pantalones para hombre; blusas y vestidos de noche para mujer; camisetas "T-shirts"; chompas; prendas de vestir para bebé; camisetas para hombres no tejidas; prendas de vestir no tejidas para mujeres; artículos variados de lana, algodón o pelo fino; artículos variados de cuero, material textil o plástico; sacos, faldas, pantalones y vestidos para mujer, de algodón, lana y otras; puertas, marcos de puertas y ventanas, y parquet de madera.

Con este escenario, perdemos un importante mercado para textiles, joyas, madera y cueros. Pero lo más grave, es que perderemos empleos, ingresos y con ello una vida más digna para muchos bolivianos. Alguna autoridad, hace poco, minimizó el número de empleos por esta exportación, indicando que –es verdad- eran "sólo" en total 5.190 trabajos directos y 17.712 indirectos. Olvidó que una gran parte de estos empleos está en la ciudad de El Alto, donde cerca de 100 emprendimientos pequeños están en riesgo de cerrar, y habría que preguntarle qué empleos estables y de calidad se crearon como para mirar con burla esos empleos que contribuyen a atender la enfermedad crónica más grave en El Alto que es la ausencia de empleos estables.

Cuando en El Alto solo 2 de 10 trabajadores tienen estabilidad laboral, cuando en el país la desocupación abierta avanza hacia el 12 %, cuando regresan cada día 240 personas de España, cuando el promedio de tiempo sin trabajo de los desempleados es de 23 meses, cuando los jóvenes entre 15 y 35 años tienen menos oportunidad de hallar empleos, cuando lo que se llama desempleo ilustrado (de los que tienen título universitario pero no tienen empleo) es de 12 %; cuando tenemos este oscuro panorama, no parece muy sensato afectar las pocas fuentes de trabajo existentes.

Finalmente, cuando vemos las peleas de algunos políticos con ciertos Gobiernos extranjeros, nos preguntamos si la ideología radical que defienden dará de comer a la gente. La ideología radical es como el algodón de azúcar, grande por fuera y minúsculo en substancia cuando se trata de apoyar eficazmente al empleo de los bolivianos. Este es un problema de concepción y de actitud. Es fácil crear empleos en la burocracia estatal. Lo realmente difícil e innovador es generar empleos a través de emprendimientos económicos y oportunidades de exportación. Y claro, la actitud "buscapleitos" de algún político en lo internacional no da empleos dignos a nadie.

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